Los cabecillas, un matrimonio colombiano residente en Verín, penados a 11 años cada uno

La Audiencia estima que los ocho procesados por la Operación Rojas traficaban con drogas

Los encausados, el día del juicio en la Audiencia provincial.  (Foto: Martiño Pinal)
Los ocho procesados en la llamada Operación Rojas contra el narcotráfico (Verín, año 2006) han sido condenados por la Audiencia en una sentencia que impone la máxima pena al matrimonio de colombianos formado por Jorge Luis Rojas Ospino y Carmen Rosa Carrillo. El fallo estima que todos integraban una red.
Ocho condenas que oscilan entre los 11 y los tres años de cárcel. Los más perjudicados, el matrimonio formado por Jorge Rojas y Carmen Rosa Carrillo. Los cabecillas. El mismo fallo, que puede ser recurrido, condena a Castor Martínez a seis años de reclusión mientras que Victoria Martínez Santos, la mujer que ejerció de correo acuciada por problemas económicos, fue sentenciada con cuatro años ya que se le aplica la atenuante de confesión. Al ser detenida, reconoció su participación en la red que a mediados de 2006 traficaba con droga en Verín y proporcionó datos de los integrantes. Un segundo escalafón del clan estaba integrado por Óscar Fabián Ardila Traslaviña, Elver Rojas Correa, Mireya Argüeyo Ardila y Feliciano Sola Albarrán, quienes deberán pasar entre cinco y tres años en la cárcel (el último de ellos).

La sala rechaza la nulidad de las escuchas telefónicas, que sustentaron buena parte de la investigación, ya que considera que las peticiones policiales para ese fin estaban sustentadas en oficios con información verosímil encaminados a perseguir un delito grave. Básicamente, la obtenida a través de los seguimientos realizados a Elver, Oscar y Feliciano, que mantenían encuentros sospechosos con terceras personas relacionadas con el narcotráfico. A juicio de la sala, el juez instructor realizó un estricto control.

La principal prueba de cargo contra el cabecilla, además de los cuatro kilos de cocaína hallados en su domicilio, es la propia confesión de Rojas Ospino, quien admitió que había pagado por ella 120.000 euros. Aunque en el juicio varió su testimonio con respecto a la relación que mantenía con Victoria Martínez, el fallo dice que no aminora la autoría. No obstante, pese a los intentos de exculpar a su esposa, los magistrados la consideran coautora. ‘Resulta contrario a las normas de la lógica que no le llamara la atención la existencia de una prensa hidráulica de grandes dimensiones en la cocina del domicilio’, recoge el fallo. Pero, sin duda, la mayor prueba incriminatoria contra ella, razona la sala, es la declaración de Victoria Martínez, la persona que ejercía de correo para el matrimonio. No en vano, según ese testimonio, Carmen Rosa Carrillo medió en la compra realizada en Madrid el 12 de noviembre de 2006 de casi un kilo de cocaína. La sala recuerda que incluso le recriminó a la vendedora la humedad que presentaba la mercancía, de ahí que la atribuya un rol decisivo en la operación ilícita.

Los magistrados dan plena vali dez a la declaración de Victoria Martínez, ya que con su actitud no elude en modo alguno su responsabilidad, amén ‘del grave riesgo que suele correr en este mundo delincuencial la colaboración prestada’.

‘Alter ego’

La misma sentencia, si bien no considera debidamente acreditado que Castor Martínez fuese el ‘alter ego’ de Rojas, sí lo inculpa en un delito de tráfico de drogas en relación a las llamadas telefónicas intervenidas, en las que se recogen conversaciones que plasman que ese acusado concertaba la venta de cocaína con pequeños consumidores. Además, uno de los compradores lo incriminó ante la Guardia Civil.

Por último, la pena impuesta al matrimonio formado por Elver Rojas Correa y Mireya Argueyo así como a su sobrino Óscar Fabián Ardila se sustenta en las escuchas, las vigilancias estáticas y la directa imputación de los compradores. Asimismo, las intervenciones telefónicas y los testigos sustentan el fallo condenatorio respecto a Feliciano Sola.

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