El apoyo de los tres grupos sirvió para aprobar una moción impulsada por el PSdeG: la instalación de reductores de velocidad en la carretera de A Granza, aunque el debate transcurrió por otros fueros.
Los diez atropellos registrados en el quince días en el casco urbano de la ciudad llegó al primer pleno del año. Una moción impulsada por el grupo socialista suscitó el consenso de PP y Democracia Ourensana para la implantación de reductores de velocidad en la carretera de A Granxa "como medida disuasoria para evitar accidentes".
El grupo popular prefirió desplazar el debate a la llamada Mesa de Mobilidade, el grupo de análisis o foro de debate que reúne a represetantes de todos los grupos. La edil de Seguridade Cidadá, Flora Moure, mostró su apoyo a la propuesta socialista pero requirió un "informe técnico", elaborado por expertos, para ejecutar otro tipo de medidas. "A Mesa de Mobilidade non pode ser una coartada para non gobernar", respondió el concejal socialista Javier Rey, encargado de defender la moción.
Ourense en Común, por su parte, quiso ir un paso más allá. "Estamos a favor das bandas redutoras? Si", manifestó Martiño Vázquez, pero emplazó a la Mesa a ocupar el debate de fondo, "porque as bandas redutoras non son a solución". El grupo defiende la aplicación del Plan Sustentable de Mobilidade, apoyado en aparcamientos disuasorios, un análisis de los flujos del tráfico o la revisión de las rutas del transporte público. "Cheira a oportunismo político", espetó Vázquez a Javier Rey durante los turnos de réplica.
