El Consello de Contas alerta del 'grave problema' de que 10 municipios de la provincia tripliquen el plazo de los 60 días legales

Los ayuntamientos ourensanos son los que más se retrasan en los pagos

nn n La gran mayoría de los ayuntamientos gallegos no pagan a sus proveedores en el plazo marcado por la Ley (del 30 de octubre de 2007), que estipula un tope de 60 días.
De hecho, sólo un tercio de los 315 consistorios de Galicia lo hace. Pero en el grupo de morosos destacan los ourensanos, pues 10 de ellos figuran entre los 28 gallegos que superan los 180 días a la hora de hacer los pagos. Encabeza la lista el municipio pontevedrés de A Illa de Arousa (tarda 245 días), pero lo siguen en bloque Riós (239 días), Vilar de Santos (236) y Entrimo (235). Un poco más cumplidores, pero aún superando los 200 días, son Baltar (219 días), Oímbra (209) y O Carballiño (208). Por debajo, Muíños (195), A Rúa (193) y, cerrando la clasificación de estos incumplidores, Calvos de Randín (186 días) y Xinzo de Limia (183).

Así figura en el informe del Consello de Contas presentado esta semana sobre las cuentas y la gestión del sector público gallego en el año 2007.

Este ente fiscalizador, contemplado en el Estatuto de Autonomía, alerta sobre esta situación que considera un 'problema grave' que necesita 'a urxente adopción de medidas eficaces' para evitar tan elevada taxa de morosidad. Advierte que los gastos pueden incrementarse si los proveedores y contratistas exigen intereses. Al mismo tiempo, resalta que algunos de esos ayuntamientos tienen una muy escasa ejecución tanto del presupuesto de ingresos como de gastos, 'o que constitúe un expoñente da súa actividade', que debiera considerarse baja.


LOS PRESUPUESTOS, TARDE

También la mayoría de los ayuntamientos, pequeños y grandes, aprueban sus presupuestos tarde, incumpliendo un Real Decreto de marzo de 2004, lo que explica, según analiza el Consello, su bajo nivel de ejecución. En 2007, sólo el 14,3% de los concellos lo aprobaron en plazo; el 70,5 por ciento lo hicieron fuera y el 2,5 gestionaron un presupuesto prorrogado. Por ciudades, de las siete gallegas, sólo tres cumplieron. Ourense fue una de ellas.

La mayor parte de esos presupuestos son muy reducidos, en comparación con los de ayuntamientos de otras comunidades autónomas. Resalta el informe del Consello de Contas que, exceptuando las ciudades y concellos de relevancia económica (como el caso de O Barco, pero que no analiza por no haberle aportado documentación), los restantes tienen unos 'moi reducidos' presupuestos e ingresos derivados de tributos que cobran a los vecinos.

En todo esto tiene mucho que ver la fragmentación municipal de la provincia de Ourense, con casi la tercera parte de los ayuntamientos de Galicia (92 de 315) y el creciente despoblamiento del rural. Así, más de la mitad de los concellos ourensanos (56) tiene menos de 2.000 habitantes (son 21 en el caso de Lugo, 11 en A Coruña y sólo dos en Pontevedra).

Los ingresos por tributos son más elevados en los ayuntamientos en los que están asentadas grandes empresas.

Así ocurre por ejemplo en los de Ourense, San Cibrao das Viñas y Manzaneda.

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