La falta de acuerdo entre la entidad y Cosaga para el uso de sus instalaciones está detrás del conflicto

La baja de 33 médicos en Asisa provoca la fuga masiva de asegurados a otras compañías

Instalaciones de la cooperativa Cosaga en la calle Sáenz  Díez.  (Foto: Miguel Ángel)
El cese del acuerdo para que la cooperativa Cosaga le siga cediendo sus hospitales a la compañía de asistencia sanitaria Asisa ha trascendido el ámbito contractual para acabar pasando receta a los asegurados (mutualistas y titulares de pólizas privadas). Muchos de éstos han optado por darse de baja en esa última entidad privada, en donde tildan la situación de ‘campaña de desprestigio’. Un airado lance entre batas blancas en el que 33 trabajadores sanitarios -casi todos médicos- se dieron de baja en Asisa.
Enero está siendo un mes de mucho papeleo por la incesante tramitación de bajas y altas en las oficinas de las mutualidades.

Especialmente movido porque hay un número inusual de funcionarios públicos -asegurados- que están tramitando el cambio de la entidad privada que les presta asistencia sanitaria. Las tres mutualidades que los ampara -Muface, Isfas y Mugeju- ofrece una vez al año la posibilidad de hacerlo el primer mes de cada ejercicio.

Los titulares descontentos, pacientes al fin y al cabo, cursan la baja de Asisa (4.175 titulares en la provincia, el 70% dentro del sector público y un 30% que representa a las pólizas privadas) como consecuencia directa de la guerra desatada entre esta compañía y la cooperativa ourensana Cosaga. Ambas con el epítote de sanitarias. Y como en la grandes confrontaciones cada parte tiene razones diametralmente opuestas e irreconciliables, en tanto que se consideran víctimas de decisiones arbitrarias.

El presidente del Consejo Rector de la Cooperativa Sanitaria Gallega (Cosaga), José Ignacio Vidal, ignora, según dice, el porqué Asisa ‘unilateralmente rescindió el contrato con nosotros en virtud del cual le dejábamos nuestras instalaciones a sus médicos y expulsó a dos de ellos sin ninguna causa justificada’.

Reacciones en cadena

La reacción en cadena, que la otra parte del conflicto tilda de corporativa, no se hizo esperar y 33 especialistas (todos médicos salvo cuatro enfermeros y fisioterapeutas) que trabajaban para Asisa dejaron de hacerlo por voluntad propia. Unos alegan solidaridad con los despedidos. Otros ponen por delante los muchos años de colaboración con Cosaga. Consecuentemente, los asegurados, acostumbrados a esos médicos, decidieron cambiarse de compañía. Y, según valoran en Cosaga, deben ser muchos. ‘No hay que olvidar que el 80% de los pacientes de esa entidad eran atendidos en nuestros hospitales’. Esto suponía para la cooperativa unos ingresos anuales cercanos a los 800.000 euros, que, según Vidal, no tienen porque perderse ‘porque trabajamos para otras entidades’. Pero en Asisa niegan la mayor.

En opinión de su gerente territorial, Jesús Castillo, no hubo rescisión de contrato. Simplemente, la otra parte no mostró voluntad para renovarlo. ‘Nosotros le comunicamos que había que renegociar el contrato y mientras no hubiera acuerdo se suspendía la relación laboral con un área del hospital de Cosaga atendida por dos médicos’, dice Castillo, para quien esta interrupción puntual ‘fue entendida mal y Cosaga nos envió un comunicado de que no querían renovar con nosotros’. Ahora, la compañía se considera víctima de una campaña de desprestigio -’algo personal que se lleva al terreno profesional-, máxime cuando a la causa de Cosaga se han unido ‘médicos vinculados ese hospital’. En la cooperativa sanitaria dicen que sólo 8 de los 33 que se dieron de baja son socios.

Afectados

Balbino Rodríguez (79 años) tenía a nivel privado una póliza suscrita con Asisa desde hace 20 años y que ha dado de baja.

Además, durante 17 años fue administrador de la delegación de Ourense. Este afectado es muy crítico con la situación de la entidad en la provincia -de las primeras en implantarse hace 40 años- : ‘Han creado una red de hospitales por toda España pero Galicia siempre ha sido la niña tonta’. En su caso, quedará cubierto por la Seguridad Social porque a los mayores de 65 años les rechazan de forma mayoritaria en este tipo de compañías.

Los funcionarios, que sí pueden cambiar en enero, lo están haciendo a marchas forzadas.

Así los reconocieron en la delegación ourensana de Muface, Mugeju y Isfas. En esta última, cifran la mudanza en un ‘90 por ciento de los 800 titulares’.

En Asisa remachan que la asistencia está plenamente garantizada (renovó con el Hospital El Carmen) y que todas las especialidades están cubiertas. ‘Sólo es una cuestión de elección’, apunta Castillo.

‘Les reto a que demuestren si en 23 años hubo quejas’

Entre los médicos que se han apeado del cuadro de personal de Asisa están los dos ‘expulsados’ directamente por esa compañía, que en el burofax fechado el 27 de octubre habla de ‘no prorrogar a partir del próximo ejercicio el arrendamiento de servicios’ al tiempo que declara ‘extinguida la relación jurídica de prestación de servicios’. La colaboración de ambos especialistas, adscritos a Medicina Interna, se remonta a comienzos de los 80. Pero se da la paradoja que uno de ellos, con 23 años en la entidad, es socio de Lavinia, la cooperativa que posee el 100% de las acciones de Asisa. Esto es, según sus palabras, ‘te echan a los que has empleado’. Reconoce que esa decisión le dejó ‘estupefacto para posteriormente pasar a la indignación’. ‘Creo -añade- que es una auténtica sinrazón; al principio nos dicen que es un error pero nunca se subsanó y reto a Asisa a que demuestre si en 23 años de servicios hubo alguna queja de algún paciente contra mí’.

La ginecóloga Carmen García es uno de los médicos que voluntariamente se dio de baja después de 14 años en Asisa. Primero, por solidaridad y después porque ‘no podría seguir con mi consulta en Cosaga cuando no han suscrito el contrato’.

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