Ourense es una ciudad afortunada, pues disfruta de fuentes de aguas termales. Estas fuentes suponen uno de los principales intereses turísticos de la ciudad, además de que, en partes de la ciudad, supone un apoyo a la hora de producir energía, reduciendo la factura. Pero también aporta beneficios medicinales.
Está comprobado científicamente que las aguas termales tienen propiedades beneficiosas para la salud, siempre y cuando se tengan en cuenta las indicaciones médicas. Estas propiedades se ven reflejadas al entrar en contacto con la piel y son, por ejemplo:
- Mejora la circulación sanguínea y la oxigenación
- Mejora el metabolismo del cuerpo, facilitando la digestión
- Estimula el sistema inmunitario
- Aumenta la producción natural de endorfinas
- Ayuda a depurar la sangre, ayudando a eliminar toxinas
- Relaja la tensión y los dolores musculares
Estos son solo algunos de los beneficios principales de las aguas termales, ayudando también con enfermedades de carácter dérmico como dermatitis o psoriasis.
Todos estos beneficios residen en las aguas termales, debido, principalmente, a su composición, pues estas aguas no solo están compuestas de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, sino que tienen una amplia gama de elementos diluidos en su composición como litio, sodio, potasio, calcio, rubidio...
Contraindicaciones de las aguas termales
A pesar de ser aguas curativas y disponer de una enorme cantidad de beneficios, también hay contraindicaciones que deben tenerse en cuenta a la hora de disfrutar de estas aguas. Esta desaconsejado que personas que padezcan de cardiopatías o hipertensión se bañen en estas aguas.
Para que el paso por las aguas termales sea lo más beneficioso posible, es importante también evitar adentrarse en ellas durante largos períodos de tiempo y evitar hacerlo durante las primeras horas de la mañana, pues durante la noche la presión sanguínea disminuye, y junto con las aguas termales, esta podría disminuir demasiado.
