Proxecto Ríos analiza también la presencia de especies exóticas invasoras, lo que permite valorar el estado de biodiversidad. 'Los cursos fluviales son hábitats especialmente sensibles y vulnerables a las bioinvasiones', afirman los ecologistas. Algunas de las especies exóticas más peligrosas, como el cangrejo americano, el mejillón cebra, el jacinto de agua o la tortuga de Florida están precisamente ligadas a los ríos. En la cuenca del Miño-Sil, la presencia de especies invasoras es más abundante cuanto más al sur de los ríos. Las especies más comunes son el eucalipto, la falsa acacia y la mimosa. La presencia del helecho de
'Los cursos fluviales son hábitats especialmente sensibles y vulnerables a las bioinvasiones', afirman los ecologistas. Algunas de las especies exóticas más peligrosas, como el cangrejo americano, el mejillón cebra, el jacinto de agua o la tortuga de Florida están precisamente ligadas a los ríos. En la cuenca del Miño-Sil, la presencia de especies invasoras es más abundante cuanto más al sur de los ríos. Las especies más comunes son el eucalipto, la falsa acacia y la mimosa. La presencia del helecho de agua en el Limia en otoño se debe a que en este trecho el agua queda empozada todo el verano.
En relación al bosque de ribera, en un 54 por ciento las márgenes estaban en buen estado de conservación, un 36 por ciento tenían alteraciones importantes y en un 7 por ciento aparecían muy degradadas. En la cuenca del Limia, 'el bosque presenta alteraciones importantes en la mayoría de los casos, tanto en primavera como en otoño', señalan los autores del informe.
Hecha la excepción del Limia, el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares, se congratula de que el informe impulsado por la asociación ecologista Adega 'valore la buena calidad de las aguas de la cuenca'. Los ecologistas huyen, no obstante, de cualquier triunfalismo y llaman la atención sobre la contaminación como un problema sin solucionar. Virxinia Rodríguez asegura que, a día de hoy, 'sólo la mitad de los ríos gallegos cumplirían la directiva marco de la Unión Europea en 2015'. A la luz del análisis del Proxecto Ríos 2010, en el que han participado unos 3.000 voluntarios que se ofrecieron libremente para examinar determinados espacios de zonas fluviales, se muestra que 'no hay una involución' de la situación aunque 'hay un ligero empeoramiento' en los dos últimos años en determinados puntos, comentó Rodríguez.
AÑO 2027
Francisco Fernández Liñares fija en el horizonte de los años 2015 y 2016 el plazo en el que los ríos de la demarcación hidrográfica que preside darán un 'salto definitivo en la mejora de la calidad de sus aguas'. Ese es el plazo en el que se aguarda que la mayoría de tramos fluviales 'alcancen un buen estado tanto químico como ecológico', cumpliendo con los plazos marcados por la directiva de la Unión Europea. Existen, no obstante, excepciones, y en 28 de los 277 tramos en los que se divide la demarcación hidrográfica, su idoneidad no será efectiva hasta el año 2027 (caso del Barbaña), y en otros 15 hasta el año 2015. Una mayoría de estos flujos fluviales deficientes se enmarcan en tramos precisamente de ríos como el Limia, perjudicados por los usos agrícolas, el Loña, el Casaio o el Barbaña, entre otros.
En relación al bosque de ribera, en un 54 por ciento las márgenes estaban en buen estado de conservación, un 36 por ciento tenían alteraciones importantes y en un 7 por ciento aparecían muy degradadas. En la cuenca del Limia, 'el bosque presenta alteraciones importantes en la mayoría de los casos, tanto en primavera como en otoño', señalan los autores del informe.
Hecha la excepción del Limia, el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares, se congratula de que el informe impulsado por la asociación ecologista Adega 'valore la buena calidad de las aguas de la cuenca'. Los ecologistas huyen, no obstante, de cualquier triunfalismo y llaman la atención sobre la contaminación como un problema sin solucionar. Virxinia Rodríguez asegura que, a día de hoy, 'sólo la mitad de los ríos gallegos cumplirían la directiva marco de la Unión Europea en 2015'. A la luz del análisis del Proxecto Ríos 2010, en el que han participado unos 3.000 voluntarios que se ofrecieron libremente para examinar determinados espacios de zonas fluviales, se muestra que 'no hay una involución' de la situación aunque 'hay un ligero empeoramiento' en los dos últimos años en determinados puntos, comentó Rodríguez.
AÑO 2027
Francisco Fernández Liñares fija en el horizonte de los años 2015 y 2016 el plazo en el que los ríos de la demarcación hidrográfica que preside darán un 'salto definitivo en la mejora de la calidad de sus aguas'. Ese es el plazo en el que se aguarda que la mayoría de tramos fluviales 'alcancen un buen estado tanto químico como ecológico', cumpliendo con los plazos marcados por la directiva de la Unión Europea. Existen, no obstante, excepciones, y en 28 de los 277 tramos en los que se divide la demarcación hidrográfica, su idoneidad no será efectiva hasta el año 2027 (caso del Barbaña), y en otros 15 hasta el año 2015. Una mayoría de estos flujos fluviales deficientes se enmarcan en tramos precisamente de ríos como el Limia, perjudicados por los usos agrícolas, el Loña, el Casaio o el Barbaña, entre otros.
