Las aguas del embalse de Cachamuíña, del que se suministra la red municipal de Ourense, han adquirido, desde el pasado viernes, un tono verde provocado por un afloramiento de cianobacterias
Con la llegada del verano, han rebrotado las cianobacterias en el embalse de Cachamuíña, tornando sus aguas del habitual azul de la zona a un tono verdoso, aunque no perjudicial para la salud.
La anómala situación de las aguas fue detectada el viernes de la semana pasada, momento en el que los técnicos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil tomaron las correspondientes muestras, cuyos resultados se conocieron ayer y revelaron la presencia de ese brote de cianobacterias.
El informe del comisario de aguas no deja lugar a dudas y así se le transmitía en la mañana de ayer al Concello de Ourense, que tiene cedida la gestión del suministro de agua para todo el municipio a la empresa Viaqua, que ya ha tomado la decisión, nada más conocerse la presencia de este brote, de derivar la captación de agua al río Miño y la presa de Castadón, hasta que las aguas de Cachamuíña recuperen la normalidad.
Estos brotes de cianobacterias son recurrentes en la temporada estival, ya que con el calor, los nutrientes habituales en las aguas embalsadas afloran en forma de ese tipo de concentraciones.
Desde la Confederación señalan que se trata de algo puntual, un brote leve que no tiene nada que ver con los de As Conchas, más relacionados con la materia orgánica y que han obligado a actuaciones de envergadura para erradicar el problema en uno de los puntos vitales del turismo de la comarca de Baixa Limia.
