SANIDAD

Las camas ocupan descansillos de los ascensores en el CHUO

Camas agolpadas en los pasillos del CHUO.
photo_camera Camas agolpadas en los pasillos del CHUO.

Pacientes del Comarcal de Valdeorras alertan de que los radiadores no se encienden hasta las ocho de la tarde, mientras en Ourense el colapso de las Urgencias continúa llenando los pasillos

La tranquilidad insiste en no regresar a los centros sanitarios de la provincia, altamente concurridos durante los últimos días ante el repunte de la gripe y, según las quejas del persona, la desorganización directiva. La saturación del CHUO continúa provocando la acumulación de camas en los pasillos de Urgencias, una imagen repetida a diario desde el inicio de la epidemia gripal. Según los datos ofrecidos por el Sergas, sólo en la mañana de ayer -de 8,00 a 13,00 horas- se atendieron 79 urgencias, mientras que el miércoles fueron 207 las atendidas durante todo el día.

Mientras, prosiguen las críticas del personal sanitario, que acusa a la gerente, Eloína Núñez, de ser la culpable del colapso del centro debido al recorte de camas y personal. Los sindicatos médicos siguen reclamando soluciones urgentes al "sobreaforo" del centro, insistiendo en la saturación en la que se encuentran los internistas del CHUO, si bien la situación de ayer, aunque complicada, no alcanzó los niveles de días anteriores. "Si antes estaban al 200%, ahora lo están al 150%", ilustraban desde la junta de personal.

A la complicada situación en la ciudad se unieron ayer las quejas procedentes del Hospital Comarcal de Valdeorras debido a las malas condiciones de temperatura en las que se encuentran los pacientes ingresados. Así lo expresaba ayer Julio Pérez, cuyo padre, de 81 años y con un estado muy avanzado de alzhéimer, lleva cuatro días hospitalizado, afectado por una neumonía y una infección de pulmón, "y no encienden la calefacción en todo el día". "Me dicen que por orden de Gerencia no se enciende hasta las ocho de la tarde", relataba, mientras su padre "tiene que estar tapado con cinco mantas que me he traído de casa y su temperatura corporal, tomada por el médico, no pasa de 34 grados", una cifra muy inferior a la temperatura normal de una persona y que choca con una enfermedad que "necesita calor". El hijo del hombre hospitalizado lamenta que las condiciones en que se encuentra su padre "no son justas para una persona que ha cotizado toda su vida". Según explica, el centro no atendió sus quejas en todo el día, remitiéndolo a la gerente, Guillermina Agulla, "mañana" (por hoy). "No puedo permitirme quedarme esperando dado el estado en que se encuentra", lamenta. La Región no logró contactar con una fuente oficial del Sergas que explicase esta situación.

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