Un careo decidirá si el detenido por el crimen de Taboadela sale en libertad

Martínez Campos, en su última visita al juzgado. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Un careo entre José Miguel Martínez Campos (37 años), imputado en el asesinato de sus propios padres en Amendo (Taboadela) el 25 de abril de 2009, y la mujer encausada en el mismo procedimiento por encubrimiento, Rosa Ramos Pérez, será la prueba decisiva para que el Ministerio Fiscal decida sobre su excarcelación.
En estos momentos, la retractación de la imputada respecto a que no estuvo con el sospechoso a la hora en la que ocurrió el crimen es la principal prueba de cargo de la acusación pública, de ahí la solicitud de un cara a cara entre ambos para arrojar luz a este cada vez más enmarañado proceso. No en vano, fue detenido en el momento en que la mujer cambió de versión.

El despacho, que asumió la defensa de Martínez Campos, mantiene que el testimonio de Ramos Pérez no inclina el peso probatorio contra su cliente porque retrotrae la investigación al comienzo de la misma, cuando el joven tan siquiera había sido detenido. La mujer lo exculpó con su declaración el 30 de julio de 2009, tres meses después de las muertes, asegurando que a la fatídica hora se lo encontró en Parada (Maceda) cuando ella paseaba a los perros. Recuerda, además, que los distintos informes incorporados al procedimiento penal (huellas, análisis de sangre, residuos de disparo...) descartan la participación del joven en la muerte de sus padres.

Otro de los indicios puesto en entredicho son los restos de plomo y antimonio -elementos químicos que aparecen en la pólvora- hallados en el volante del todoterreno marca Land Rover del sospechoso y que la jueza instructora valoró a la hora de dictar auto de prisión. Pero el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil certificó que las muestras cotejadas no permiten hablar de residuos de disparo 'al poder tener otro origen'.

En cuanto al móvil de las muertes, la supuesta mala relación con sus padres, la defensa la tilda de 'distante'.

Sin testigos que lo sitúen en un lugar determinado

El sospechoso del doble crimen sin la coartada de su amiga Rosa no tiene testigos que lo sitúen en la franja temporal en la que sucedieron los asesinatos. El joven, en el interrogatorio, aseguró que ese día, tras ir a visitar a su hermana (13 horas), se dirigió a Maceda en busca de varios amigos, pero al no localizarlos se trasladó a unas minas de wolframio, regresando posteriormente a la villa, en donde estuvo en una cervecería (hay clientes que lo vieron a las 16,30 horas). La Guardia Civil circunscribió el crimen a las 16 horas a raíz del testimonio de un vecino que dijo haberse cruzado con un todoterreno oscuro (en ese pueblo hay dos vecinos con vehículos así). En ese punto, la defensa sostiene que el sospechoso no tuvo tiempo material de ejecutar las muertes habida cuenta de la distancia que hubo de recorrer : 24,5 kilómetros. La defensa conmina al Juzgado a iniciar otras líneas de investigación en torno a la carta amenazante hallada en el bolsillo del pantalón del progenitor y las llamadas extrañas que recibió en 2002.

Te puede interesar