La patronal ourensana elige un aforo limitado alejado de los actos multitudinarios de años anteriores

La CEO realiza balance anual en su asamblea más sobria

De trámite en su contenido y sobria en el desarrollo. Así se prevé la asamblea anual que la Confederación de Empresarios mantendrá hoy por la tarde en la sede de Novacaixagalicia en la avenida de Pontevedra.
El orden del día incluye los temas habituales: el informe del presidente y balance actividades de 2010, además de la aprobación de las cuentas del año pasado y el presupuesto para este ejercicio (algo por encima de los tres millones de euros). También se somete a consideración de la asamblea el cambio de un artículo de los estatutos, que afecta al funcionamiento de régimen interno.

Pero la presidencia ha bajado la intensidad en presencias de invitados porque, si en años anteriores había contado con la participación de destacados representantes políticos (en 2010 había acudido incluso el ministro de Fomento, José Blanco, mientras que en 2009 estuvo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo), en esta ocasión la clausura será más 'técnica'. Está previsto que corra a cargo de Eugenio Palomero, economista y profesor del Instituto de Empresa de Madrid o la Universidad de Deusto y que ya ha participado en actividades y talleres organizados por la CEO. Esta tarde ofrecerá una ponencia, al final de la asamblea, sobre habilidades y desarrollo directivo.

El encuentro de este año estará también marcado por la sombra del soterramiento del AVE en la ciudad, un modelo de integración por el que el presidente de la patronal ourensana, Francisco Rodríguez, llegó a enfrentarse al ministro de Fomento y que le ha causado un cierto desgaste. El rsponsable de la CEO, que le planteó una alta velocidad soterrada al propio Blanco en la asamblea del año pasado, insistió desde entonces en sacar adelante esta propuesta, lo que acabó causando cierta crispación en la organización empresarial. Aunque los miembros de la entidad siguen convencidos de que es la mejor solución urbanística para la estación y que la ciudad pierde una oportunidad de desarrollo si no sale adelante, también son conscientes de que esta propuesta no ha encontrado el apoyo social que esperaban. Ello acabó provocando un desgaste que tuvo una clara plasmación cuando, en una de las dos manifestaciones en pro del soterramiento -ambas con muy escaso apoyo social-, el único miembro de la organización que acudió fue el presidente. Mientras, la tramitación oficial se encaminaba hacia una solución no soterrada que finalmente parece haberse impuesto.

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