Los portugueses son los más numerosos con 1.272 personas censadas, seguidos de brasileños, marroquíes y colombianos

Ciudadanos de 37 nacionalidades conviven en el municipio de Verín

Verín (14.798 habitantes) se convirtió en los últimos ocho años en punto de referencia para los inmigrantes que llegan a nuestro país. La villa que, al igual que otras localidades de la provincia, sufrió a mediados del siglo pasado la sangría de la emigración, es ahora tierra de acogida, en la que en la actualidad, según se desprende de los datos del censo municipal, conviven y trabajan personas de 37 nacionalidades distintas, incluyendo los españoles.
La convivencia, como en toda sociedad, tiene sus altos y sus bajos, pero en el transcurrir cotidiano, según palabras del propio alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, no se registran mayores problemas. 'Formamos una sociedad muy pacífica', apuntó.

La colonia más amplia es la portuguesa, quizás debido a la cercanía de la frontera, con un censo de 1.272 personas, que trabajan mayoritariamente en los sectores de la construcción, la agricultura y la hostelería. Entre los lusos afincados en Verín está Joao Gonçalves, un vecino de Ribeira de Pena, localidad situada a unos 70 kilómetros de Feces de Abaixo, que optó por quedarse en la capital del Támega después de pasar ocho años emigrado en Suiza y Francia. 'Encontré trabajo en la hostelería y Verín me pareció un buen lugar para vivir, porque está relativamente cerca de mi lugar de nacimiento', explica.

Pero no es el único que encontró en Verín un lugar para vivir. Shahazad Ahmed Harar pakistaní y, junto con un compatriota, regenta un bar en la avenida Luis Espada. 'Ya estuve en varios puntos de España. El último fue por la zona de Benavente. Me apareció una oportunidad de negocio en Verín y me vine. De momento estoy contento y perfectamente integrado entre el resto de vecinos. El negocio me va bien, no me quejó, y no tengo previsto marcharme ', asegura. Este no es el único paquistaní en la villa, dado que, según los datos del censo, hay otros 20.


VIVIENDA

Del censo total de habitantes, 2.013 son personas llegadas de otros países. A la colonia lusa, le sigue, aunque de lejos, la brasileña (309 personas), compuesta en su gran mayoría por personas que trabajan en la hostelería. Ilda Santos es natural de Sao Paulo y llegó a la comarca de Monterrei tras pasar cuatro años en Portugal. 'Siempre me gustó conocer España y, un buen día, me ofrecieron trabajo en Verín, acepté y ya llevó aquí seis años, trabajando como camarera. Tengo todos los papeles en regla y no me quejo de cómo me trata la vida', comenta, recalcando que su sueño es regresar un día a Brasil, 'pero con el dinero suficiente como para no trabajar más', añade.

La mayoría de estos inmigrantes residen en las avenidas de Portugal y Laza en pisos de alquiler, que en una amplia mayoría de casos comparten con familiares y conocidos.

Entre los inmigrantes brasileños también está Alexandre Batista, que se asentó en Verín por mediación de un familiar. 'Estaba en Madrid, no tenía trabajo y me vine aquí', comenta, recalcando que en la actualidad vuelve a estar apuntado en el paro. 'Trabajé unos años en la construcción, pero en la actualidad busco empleo, porque la ayuda que cobro casi no me permite llegar a final de mes'.

La lista de inmigrantes que llegaron a Verín pasa por la Republica Dominicana, Venezuela, Paraguay Peru, Guinea Ecuatorial, China, Argelia e incluso Francia, Alemania y Suecia, aunque en estos casos la presencia es casi testimonial.


AGRICULTURA

Ahmed Al Omran es del Senegal y lleva en la comarca de Monterrei cuatro años, durante los que ya trabajó en la construcción, en una ferretería y como vendedor ambulante. En la actualidad, su ocupación es la agricultura. 'Primero me ofrecieron trabajo para limpiar fincas y ahora realizó diversas tareas, abono de tierras, podas, lo que salga, incluso cuidar jardines', relata, asegurando que está a gusto, aunque su sueño es regresar algún día con a África.

Padre de un hijo, este inmigrante explica que no ha encontrado ningún tipo de problema a nivel de convivencia. 'De momento, me siento a gusto con lo que hago', dice.

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