Los habitantes del rural ourensano se protegen con mascarillas de la infección del covid-19. Los concellos se sumaron a un reparto que ahora vuelve muy necesario la obligatoriedad de usarlas en recintos cerrados o donde no sea posible la distancia de protección entre personas.
En O Barco, las fuerzas de seguridad entregaron 4.000 mascarillas que aportó la Subdelegación del Gobierno. A ellas se sumarán las que repartirán los empresarios, fruto de su convenio con el Concello. "En O Barco, todo el mundo ya anda con mascarilla", dice el alcalde, Alfredo García, que descarta comprar estas protecciones.
La totalidad de los vecinos de A Pobra de Trives posee, al menos, una de las mascarillas que entregó el Concello. La alcaldesa, Patricia Domínguez explicó que fueron adquiridas 2.900 de adultos y más de un centenar FFP2 infantiles. "No quise mascarillas de tela que no estuviesen homologadas", dijo.
Desde Viana, el alcalde, Secundino Fernández, cuantificó en más de 2.000 las mascarillas quirúrgicas repartidas entre la población, más otro millar de tela que compró a Solidariedade Galega co Pobo Saharaui (Sogaps) y que se entregan a menores de edad.
Ya en Verín, la concejala de Personal, Rosario Rodríguez, explicó que, inicialmente, el Concello no podrá repartir mascarillas protectoras a los vecinos. Aseguró que la administración local lleva desde el 6 de mayo, cuando recibieron 600 unidades, sin volver a contar con ninguna dotación de la Xunta. "Casi no tenemos para nosotros y no podemos abastecer a los vecinos". Rodríguez adelantó que sí se implementarán medidas como la toma de temperatura en la Casa Consistorial o rebajas fiscales.
En la capital limiana, Elvira Lama, la regidora local, adelantó que el Concello de Xinzo tratará, como tema urgente, el aprovisionamiento de mascarillas a los vecinos. No obstante, en la villa antelana, en donde se creó una gran cadena solidaria para fabricar mascarillas al inicio de la pandemia, todavía guardan un millar de unidades, que cualquier vecino puede solicitar. Además, dado que el precio de las quirúrgicas ya es "asequible", Lama baraja la posibilidad de hacer acopio para repartirlas a quienes no dispongan de medios.
Carballiño compró 8.000 mascarillas, que está repartiendo junto con las que ha recibido de la Subdelegación del Gobierno y la Xunta entre residencias, trabajadores y mayores de 60 años. El alcalde, Francisco Fumega, calcula que se han distribuido en torno a 10.000 unidades y que quedan pendientes otras 3.000 para usuarios y personal municipal. Añadió que, si la Subdelegación no envía más, las comprará el Concello "para seguir co reparto a toda a poboación, da que poden quedar unhas 5.000 persoas sin recibir".
A su vez, el alcalde de Ribadavia, César Fernández, señala que continúa el reparto de las mascarillas solidarias que confeccionan una red de voluntarias de la Asociación de Mujeres Rurales. Añadió que, "de momento non nós plantexamos a nova situación, é algo que aínda non temos previsto, pero continuaremos co reparto das mascarillas solidarias para todas as persoas que o necesiten".
El alcalde de Cenlle, José Manuel Rodríguez Lama, señaló que el concello seguirá pendiente de suministrar mascarillas a quienes llamen a las oficinas municipales o al propio alcalde. Para ello, han adquirido 1.200 unidades, y el regidor incluso compró 100 a título personal para no empadronados.
Celanova adquirió una partida de 5.000 mascarillas que, unidas a las facilitadas por las demás administraciones, distribuye entre la población. En el caso de los vecinos del casco urbano, se habilitó un punto de recogida en la oficina de turismo, mientras que a los vecinos del medio rural el reparto a domicilio lo realizan miembros del grupo de gobierno, apoyados por Policía Local y Protección Civil.
En Allariz, los voluntarios de Protección Civil realizaron un pequeño reparto de mascarillas entre la población mayor del rural para protegerlos en la primera salida.
