El 95% acaba en la liquidación de la sociedad porque se presentan tarde, según explican los expertos

Los concursos por insolvencia superan en tres meses a los registrados el año anterior a la crisis

Las cifras de la recesión económica también se traducen en clave de sentencias u otras resoluciones judiciales. El incremento de procesos concursales de empresas con problemas de insolvencia, reclamaciones de cantidad y despidos están desbordando a los juzgados. Y los expertos vaticinan que los números negativos continuarán.
El horizonte de brotes verdes en la economía ourensana aún está lejos. Las cifras que aportan los juzgados, derivadas de la conflictividad empresarial y social, vislumbran un panorama poco halagüeño. ‘Las previsiones macroeconómicas a nivel nacional y Ourense es sensible a ellas apuntan a que la coyuntura puede complicarse, advierte el decano del Colegio de Economistas, Ángel Pascual. Marcadores como los datos del paro, el diálogo social y la reestructuración del sistema financiero evidencian -añade- que el segundo semestre será un periodo cuesta arriba.

Los números de la crisis tienen una repercusión directa en la Administración de Justicia. La incidencia, según el magistrado de Ourense Antonio Piña, no es baladí: ‘Estamos teniendo un incremento en torno al 30% en el orden civil, más de un 200% en el mercantil y se ha doblado en la jurisdicción social’, explica.

En los últimos meses, los jueces están observando un incremento muy notable de las reclamaciones por impagos de suministros o trabajos realizados entre empresas. La cartera de morosos, según este juez, está detrás de un tercio de los procedimientos de insolvencia (antigua suspensión de pagos y quiebra). Sólo en el primer trimestre de este año, hubo más insolvencias de empresas (13) que en todo 2007, el periodo de referencia anterior a la desaceleración económica, que se cerró con 10 concursos. La comparativa es demoledora si se hace por trimestres, ya que subió un 1.200% en 2009 respecto al trimestre del año anterior.

Esta herramienta jurídica, que pretende ordenar situaciones de insolvencia, trata de garantizar el uso adecuado de los recursos de la empresa (activos) para proteger la situación de los acreedores, pretendiendo la continuidad de la actividad económica. Pero, según los datos que obran en poder del Colegio de Economistas de Ourense, el 95% de los concursos acaba en liquidación, esto es, se paraliza la actividad económica de la sociedad por la incapacidad manifiesta de resolver la insolvencia.

Empresas deterioradas

El problema añadido radica en que, según valora Pascual, ‘se están presentando cuando las empresas están bastante deterioradas financieramente’. No obstante, valora que ‘el panorama actual del sistema financiero ha contribuido a esta situación’.

Y si una empresa va mal, inexorablemente pasa factura a la plantilla para adaptar los costes al volumen de negocio. Así, la virulencia de los despidos que son tramitados en los juzgados de lo social se dejó sentir especialmente en el último trimestre de 2008 y los tres primeros meses de 2009, con 180 y 160 demandas respectivamente. Máxime si se tiene en cuenta que la media trimestral de 2007 fue de 74, según confirman fuentes judiciales.

Entre 2007 y 2008, los despi dos aumentaron un 80,5%, pero si la comparativa se realiza respecto al primer trimestre de 2007 y el de 2009 se eleva a un 177,8%. En estas demandas, según advierten los jueces de los social, es más fácil ver despidos por causas objetivas, esto es, empresas que no tienen trabajo y deben reducir la plantilla para poder sobrevivir. Además, puntualizan, que los despidos que llegan a los juzgados representan a una minoría de personas que se van al paro, ya que desembocan en un pleito por la falta de acuerdo entre empresa y trabajador.

Asimismo, crecieron considerablemente las reclamaciones de cantidad tramitadas en los tres juzgados de lo social, las que exceden de 30.000 euros y que no se pueden documentar con una simple factura. Entre 2007 y 2009 (primer trimestre) se incrementaron un 90%. Esta evolución negativa denota que la crisis económica en la provincia debe aguardan al menos un almanaque más para hablar de recuperación.

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