Condenado a dos años de cárcel por un atraco fallido en una sucursal de Entrimo

Paulius Luinevicius, de 27 años, un joven lituano que mantuvo en vilo a los agentes tras burlar dos controles policiales -en Zamora y Viana- en noviembre de 2010 y que empotró un camión grúa, robado en O Carballiño, contra una sucursal de Entrimo con el fin de perpetrar un robo, aceptó ayer una condena de dos años de cárcel por los hechos que se le imputaban.
El encausado, que permanece en prisión provisional por esta causa, se personó en el Juzgado de lo Penal número uno de Ourense, donde se le impuso, mediante una sentencia de conformidad, un año de cárcel por un delito de robo con fuerza y otro año más por uno de robo con intimidación.

Los hechos que le atribuía el Ministerio Público ocurrieron el 10 y el 11 de noviembre del pasado año. El primer día, sobre las 21 horas, se dirigió, junto con otras dos personas que no han sido identificadas, a la empresa Prefabricados Cándido S.A., ubicada en la calle 25 de julio de O Carballiño. Allí, tras cortar parte de una tela metálica de tres metros de altura accedieron al interior del recinto, lugar en el que se apoderaron de un camión grúa que tenía las llaves puestas. Todos ellos, según el fiscal, circularían con el citado vehículo hasta la localidad de Entrimo, en donde lo empotraron contra una entidad bancaria de Caixanova a las tres de la madrugada del día 11.


EL ROBO

Tras la colisión, se taparían la cara y se introducirían en la oficina, logrando extraer el cajero automático y cargarlo en el camión con el objetivo de hacerse con su dinero.

En el momento de los hechos, se personaron en el lugar del suceso efectivos policiales, a los que Paulicius Luinevicius, según la acusación pública que pesaba sobre él, apuntó con una pistola para poder huir. Los tres implicados en este suceso, a pesar de los disparos intimidatorios que efectuaron los agentes, pudieron escapar en dirección a Portugal, aunque sin botín. El único condenado por estos hechos, Paulius Luinevicius, fue detenido el 21 de noviembre de 2010 en un albergue de peregrinos de Vilar de Barrio. La Guardia Civil, además del atraco a la sucursal, le imputó entonces otros seis robos cometidos en Pontevedra, Zamora, Viana y Portugal.

Este encausado, que prestó declaración en Trives tres días después de su arresto, reconoció la mayoría de los robos que se le imputaban ante los propios agentes, dado que éstos recabaron pruebas que acreditaban la autoría de estos hechos.

Aunque el Ministerio Público pedía en un principio un total de cinco años de prisión para él, finalmente se enfrenta a dos debido al acuerdo de conformidad alcanzado entre el fiscal y su defensa.

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