Hasta septiembre, 5.371 trabajadores llegaron de otros lugares de España, un centenar más de los que emigraron
La atracción de las profesiones del sector secundario, que engloban todo lo relacionado con la construcción e industria, compensa la pérdida de cerca de 860 trabajadores que realizan su actividad bajo el paraguas del sector servicios –empleo de oficina, hostelería o comercial, entre otros-, según se desprende de la estadística de movilidad de trabajadores. Este estudio lo elabora el Instituto Galego das Cualificacións, dependiente de la Consellería de Economía, Emprego e Industria, para estudiar los flujos interprovinciales en la contratación.
El número total de contratados en Ourense durante los tres primeros trimestres del presente año fue de 30.374. De estos, más de 25.000 ya residían en alguno de los 92 concellos ourensanos, mientras que 5.371 llegaron desde otros puntos de la geografía española, superando los 5.244 que decidieron emigrar. Esto arroja un saldo positivo de migraciones laborales, a diferencia de lo sucedido en el conjunto de Galicia, que pierde casi 8.000 trabajadores por mudanzas a otras comunidades.
El resultado positivo en la provincia se labró principalmente en el sector de la construcción, que ganó 594 trabajadores después de que entraran algo más de un millar de contratados, 1.050, desde otras provincias; mientras que solo se marcharon 456. Ayudó también el resultado de las empresas industriales, que contrataron a 745 personas que mudaron su residencia desde otros puntos de España, mientras que decidieron hacer las maletas 529. Asimismo, el sector primario –agricultura y ganadería, principalmente-, también se comportó en términos positivos, mejorando los datos de 2015, y generando una contratación entrante de 363 personas, mudándose 240. En total, están trabajando en la provincia 2.078 personas en agricultura o ganadería, 4.501 en la industria y 2.630 en la construcción.
En el otro lado de la balanza se sitúa el sector servicios, el que más empleo genera en la provincia y que ha motivado el descenso de las cifras de paro en los últimos meses. Sin embargo, es el único de los sectores que arroja un saldo migratorio negativo. En los nueve primeros meses del año, decidieron marcharse más de 4.000 personas, mientras que los que decidieron asentarse en Ourense fueron algo más de 3.200. Estos se unen a los más de 18.200 que fueron contratados ya residiendo en alguno de los concellos de la provincia.
Emigración juvenil
Por tramos de edad, se constata que los menores de 30 años son los ourensanos más proclives a emigrar. Un total de 1.955 jóvenes se mudaron a otro punto de España para ejercer su profesión, mientras que a partir de los 30 años, el saldo migratorio es positivo en todas las franjas que analiza el estudio. Entre los 30 y los 44 años, se concentra la mayor actividad, con 2.506 personas que entraron en el mercado laboral ourensano, dos centenares más de las que salieron.
El flujo migratorio más intenso, con Pontevedra
La conexión migratoria más habitual de la provincia de Ourense continúa siendo con Pontevedra. El movimiento laboral en el sur de Galicia genera el mayor flujo de trabajadores en ambos sentidos, superando aquellas que personas que llegan desde Pontevedra a las que se marchan desde alguno de los concellos de Ourense.
En los nueve primeros meses del presente año, se instalaron en la provincia para trabajar casi 1.900 personas, 300 más de las que buscaron acomodo en tierras pontevedresas.
El trasiego de ocupados también es habitual con el resto de territorios limítrofes. Le sigue a Pontevedra, la provincia de A Coruña, a donde se marcharon un total de 1.019 personas, mientras que cogieron las maletas en dirección contraria 966.
El saldo migratorio también es negativo con Lugo. De allí llegaron 607, por las 720 que se fueron. León y Madrid son otros puntos frecuentes de intercambio de trabajadores. De ambas provincias llegaron a Ourense más de 850 personas para trabajar.
