Antonio Uruburu Ventura lleva 10 años jubilado de su trabajo “en carreteras, con la Xunta”. Tras cuatro días de encierro en casa por la crisis del coronavirus, apunta que “hay que llevarlo con paciencia y como se puede. Salir a buscar el pan y el periódico, y regresar a casa a ver la televisión, charlar, leer un libro o hacer alguna otra actividad dentro de la casa; otra cosa no podemos hacer, hay que cumplir con lo que nos mandan, porque es bueno para todos”.
Este vecino de O Couto también ha visto trastocada su rutina habitual hasta el pasado día 15. “Yo solía salir todos los días, tomar el café en el bar de abajo, luego dar una vuelta con los compañeros por la calle Paseo, mientras repasábamos las novedades del día; ahora, como no se puede, hay que adaptarse a la nueva circunstancia”.
Reconoce que “mucha televisión también aburre, así que, de vez en cuando, salgo a la ventana para airearme un poco, pero lo que no hago es estar colgado todo el día del teléfono”.
Una cosa sí le ha sorprendido: “Toda esa gente cargando con tanto papel y otros tipos de compra como si se acabara el mundo. No entiendo esas cosas, porque además las autoridades nos han asegurado que no habrá desabastecimiento”.
Y en cuanto a las normas implantadas para frenar el contagio, afirma que “yo no tengo problema ninguno con guardar un metro, como si me dicen que son dos. Si todos ponemos un poquito de voluntad, mucho mejor”.
