'Tourettes', una producción ourensana dirigida por Martín Fiallega, entre los trabajos revelación

Los cortometrajes se hacen un hueco en la gran pantalla

Alfredo Pardo, Nuno Portugal, Juanma Aragón, Martín Fiallega, Ignacio Estaregui y Steffen Cornelius. (Foto: MARTIÑO PINAL)
El equipo técnico del cortometraje 'Tourettes' todavía está asimilando el éxito cosechado tras su presentación en el Festival de Cine Internacional de Ourense.
La cinta con sello ourensano -imprimido por la productora A Farixa- y dirigida por Martín Fiallega, se convirtió en una grata revelación del festival para público y crítica, a pesar de contar con un presupuesto ínfimo comparado con el resto de trabajos seleccionados a competición. Sin embargo, 'la ilusión y la motivación de todo el equipo técnico', subraya Fiallega, se transformó en un espectacular resultado, en el que destacan especialmente el guión, la fotografía y la banda sonora.

La gran calidad del resto de cortometrajes seleccionados para la competición oficial complicará al jurado su decisión. 'Je déteste', de Juanma Aragón; 'Listenhunde', de Steffen Cornelius Tralle; 'O voo da papoila', de Nuno Portugal; '¡Al Quinto!', de Ignacio Estaregui o 'Garabolis', de Alfredo Pardo, son algunas de las 'delicatessen' que no dejarán indiferente al espectador. Y es que en los cortometrajes siempre ha sobrevivido la esencia independiente del cine, que dota a estas cintas de autenticidad y una óptica de autor muy alejada de las películas convencionales. Sin embargo, esta libertad creativa choca con la falta de ayudas institucionales y una más que deficiente distribución de las obras, como coincidieron en criticar varios de los autores noveles durante una de las mesas redondas del festival.

Esta difícil situación a la que se suelen enfrentar los cortometrajes ha potenciado interesantes alternativas para conseguir la financiación necesaria para hacer realidad los proyectos. Uno de estos exitosos experimentos es el 'crowdfunding', también denominado microfinanciación colectiva, basado en las pequeñas, pero múltiples, aportaciones económicas de una amplia red de personas para conseguir recursos. Ignacio Estaregui fue uno de los directores que consiguió comprar los equipos adecuados para grabar su cortometraje vendiendo bonos individuales de 10 euros.

Las redes sociales también se están erigiendo en una de las principales bazas para sortear los múltiples obstáculos de distribución a los que se enfrentan las producciones independientes. 'Internet me ha ayudado mucho a la hora de distribuir mis trabajos audiovisuales', apunta el director madrileño Juanma Aragón, aunque lamenta la reducción del número de festivales, por se la gran ventana para acercar el cine menos comercial a los espectadores.

El director Alfredo Pardo también apostó por los modelos de autofinanciación, aunque ironizó sobre 'as lendas urbanas que saen nos medios, como que con 50 euros podes facer unha curtametraxe e levala aos mellores festivais do mundo'.

Por su parte, el director luso Nuno Portugal mostró su desconfianza sobre los modelos alternativos de financiación, pues entiende que 'hoy en día no se puede hacer un corto con cero euros'. Su último trabajo, ambientado en la Revolución de los Claveles, contó con ayudas institucionales, al igual que la cinta del alemán Steffen Cornelius Tralle, que dejó claro que en su país 'hay un fuerte apoyo de las instituciones regionales, pero también es más fuerte la competencia entre los directores'.

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