El coste de la energía lleva la inflación de la provincia a un máximo del 11,7%

Compradores recorren la Praza de Abastos.
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Los precios ourensanos llegan a su récord y vuelven a subir, un mes más, por encima de la media nacional, que fue del 10,8%

El alza de los precios sigue sin tocar techo y volvió a alcanzar, en el pasado mes de julio, un nuevo máximo histórico, que en este caso es del 11,7% para la provincia en términos interanuales. La electricidad, el gas y los combustibles son los componentes más encarecidos, con un aumento medio del 58% en el último año, e impulsan al alza el índice general, que lleva ya tres meses consecutivos encadenando subidas de dos dígitos.

La inflación ourensana sigue creciendo por encima de la media nacional, que se ubicó en junio en el 10,8%, casi un punto por debajo de la provincial. Entonces, ¿por qué en Ourense se incrementa más que en el conjunto de España? Los elementos energéticos son los que marcan la principal diferencia entre territorios, ya que la subida media nacional fue del 50%, ocho puntos por debajo de lo registrado en Ourense. La economista María Cadaval explica que “las empresas que comercializan energía se basan en el argumento de que los costes de transporte a los distintos puntos de Galicia son más elevados”.

También influye que “la rentabilidad para las empresas es más baja en Ourense que en aquellos lugares donde la población está concentrada, y, por lo tanto, constituye un factor discriminatorio con Galicia”. De hecho, todas las provincias gallegas tuvieron una subida del IPC superior a la media, que fue del 12,1% en Pontevedra, del 11,7% en Lugo -al igual que en Ourense-, y del 10,8% en A Coruña. “Los territorios que tienen la inflación más alta que la media son comunidades autónomas dispersas, sin demasiada población” agregó Cadaval, y apuntó que si además son territorios envejecidos, como el caso ourensano, el consumo energético es menor, por lo que “las empresas buscan rentabilidad subiendo el precio”.

Más allá de la energía, los elementos más encarecidos de la economía ourensana son los componentes para la utilización del vehículo, como piezas y repuestos, con un alza del 18,1%. También subieron por encima de la media los servicios relacionados con las vacaciones y los viajes, como los paquetes turísticos (+17,9%) y los alojamientos (+15,5%). El alza de los alimentos se quedó en el 13,9%, y otros dos apartados completan la lista de subidas de doble dígito: los servicios financieros (10,6%) y los bienes para el hogar (10,3%).

En el otro extremo aparecen una serie de componentes que vieron su precio reducido en los últimos doce meses, como son los equipos de telefonía (-4%), los equipos audiovisuales, fotográficos y de procesamiento de información (-2,6%), los servicios de telefonía (-2%), el calzado y sus reparaciones (-1,6%) y los efectos personales, con un descenso del 0,9%.

Poder adquisitivo

En este contexto de incremento general de los costes, preocupa la situación del consumidor, que cada mes pierde poder adquisitivo al no actualizarse los salarios al mismo nivel que la inflación. De hecho, los convenios colectivos de ámbito provincial firmados en Ourense entre enero y julio incluyen una subida media en las retribuciones del trabajo del 2,4%, mientras que los autonómicos gallegos lo incrementan en un 3,8% y los de aplicación nacional, en un 2,12%. En ningún caso se cubre más de un tercio de la inflación ourensana, por lo que los principales sindicatos reclaman medidas en este sentido.

Desde la delegación provincial de Comisiones Obreras (CCOO) afirman que es necesario “un  pacto de negociación colectiva” para garantizar que “se preserve o poder de compra dos salarios para evitar o afundimento da demanda”. Ana Barrios, secretaria general de CCOO en Ourense, aseguró que “as marxes de beneficios das empresas están a aumentar, mentres que os salarios soportan fortes perdas de poder adquisitivo”. “A remuneración media dos asalariados está tres veces por baixo da remuneración do capital”, manifestó.

El secretario comarcal de la Unión General de Trabajadores (UGT) en Ourense, Cristobal Medeiros, asegura que “es imprescindible que las nóminas suban en este país”, y que “lo primero que ha de hacerse es atajar la causa de esa inflación y que los precios no repercutan en los consumidores más vulnerables”. “Hay que establecer fórmulas de actualización salarial, equiparar las fuerzas de la negociación, hay que limitar esos beneficios extraordinarios que consiguen algunas empresas y hacer que repercutan en los trabajadores”, agregó.

Esta postura encuentra oposición en la patronal, ya que desde la Confederación Empresarial de Ourense (CEO) no ven compatible la subida salarial con el actual contexto económico. Su presidenta, Marisol Novoa, destaca que “para las empresas es imposible subir tanto los salarios porque los costes están disparados, el combustible sigue alto pese a las bajadas últimas y la energía también está en la misma tónica”. Además, recuerda que la mayoría de compañías de la provincia son pymes que “no pueden sostener esas subidas”.

Novoa asegura que lo más efectivo para proteger al trabajador es actuar sobre los principales componentes que disparan el IPC. “La inflación está disparada, aunque se suban algo los salarios el poder adquisitivo bajó tanto que esa no es la solución. Lo que hay que hacer es corregir el problema de la inflación”, concluyó.

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