Tribunales

El autor del crimen del Bar Novo vuelve a confesarse culpable y apesadumbrado

La fiscal lo acusará por homicidio doloso y un hurto en un caso que será visto por un jurado popular

Jonathan R.P., de 38 años, sigue en sus trece de reconocer un homicidio y no ofrecer resistencia a la hora de colaborar con la justicia: admite el crimen que le costó la vida a Evaristo Morín Machado, el hostelero responsable del bar Novo de la calle Colón, el pasado 4 de febrero de este año, tal como hizo cuando fue detenido a finales de mayo. También está dispuesto a cargar con todas las consecuencias. Golpeó al hostelero en la cabeza con una pistola de fogueo y después lo degolló con el cristal de una botella de agua mineral, y parece dispuesto a no pelear una opción menos gravosa penalmente.

En la comparecencia de este jueves en el Juzgado Instrucción 2, la prevista en el artículo 25 de la Ley del Jurado para concretar los cargos, admitió sin discusión, a través de su abogada, los delitos que aprecia la fiscal, el homicidio doloso y un delito de hurto por la desaparición de unas llaves y el teléfono móvil de la víctima. Ya en el momento en que pasó a disposición judicial se mostró colaborador y confesó su pesar por todo lo acontecido. Previamente, había relatado el crimen a la Policía Nacional, el cuerpo que asumió la investigación durante el confinamiento.

En la mañana de ayer, expresó desde la cárcel de Pereiro, a través de una videoconferencia, que estaba muy arrepentido, dispuesto a asumir la pena de prisión que le corresponda. El Código Penal establece una horquilla de entre los 10 y 15 años para el homicidio, por lo que la fiscal, dada su predisposición a colaborar, podría decantarse por la mínima. No obstante, en la comparecencia de ayer se le explicó que será juzgado por un tribunal popular (al tratarse de un delito grave con penas tan elevadas no es posible una conformidad que evite el juicio).

La investigación apunta a que el investigado pretendía comprar droga al hostelero, quien no quiso fiarle porque ya le debía dinero. Ahí comenzó con una discusión que acabó con la vida del supuesto traficante  por un profundo corte en el cuello. En su casa aparecieron  105 gramos de cocaína y 12.685 euros.

También figura como imputado en dos asaltos a un bar de A Merca y una gasolinera en Barbadás poco después del crimen. 

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