COMERCIO LOCAL

El Cronómetro 1928: un reloj en el corazón de la ciudad que lleva un siglo sin parar

Odilo y María en la entrada del establecimiento (Foto: Marcos Atrio).
photo_camera Odilo y María en la entrada del establecimiento (Foto: Marcos Atrio).
El Cronómetro 1928 es uno de los locales históricos de la ciudad que sigue resistiendo al paso del tiempo y compite con las grandes cadenas en el centro de Ourense

Odilo Fernández y su hermana María representan a la tercera generación de joyeros de El Cronómetro 1928, año de la apertura de la tienda en la Rúa da Paz. Aunque la tienda ya llevaba abierta, para ser exactos, desde 1911, en Cuba, donde el abuelo dio comienzo a la tradición familiar. “Siempre hemos estado dedicados a la joyería, relojería y platería. Nuestra principal especialidad han sido los diamantes, pero cuando se estableció aquí nuestro abuelo había bastantes joyerías en la ciudad y no había prácticamente relojerías, por lo que nos hicimos más conocidos por nuestro reloj”, explica Odilo. Una figura clave para el negocio fue de Odilo Fernández Saco, padre de la actual generación y que se mantuvo en activo hasta los 96 años.

Llevar más de un siglo abiertos es un hito a alcance de muy pocos. “Para mantenerse hay que tener dedicación completa, honradez profesional y dedicarse al cliente en cuerpo y alma. Procuramos dar un servicio completo que va más allá de la venta del producto. Si el cliente vuelve con cualquier pequeño problema que haya surgido en el producto hay que saber resolverlo”, señala Odilo como clave para el buen funcionamiento del negocio. Aunque a lo largo de tantos años alguna crisis ha podido afectar al negocio, Odilo señala que “las joyas siempre han sido un valor seguro y así lo percibe la gente”.

La joyería cuenta con página web para tratar de adaptarse a los nuevos tiempos, aunque su propietario señala que tiene una función más visual que comercial. “Se hace muy difícil vender una joya por internet. Tienes que tocarla, verla personalmente para asegurarte de su calidad”, aclara.

Si todo va bien, El Cronómetro tiene cuerda para rato. “Tanto mi hermana como yo esperamos que nos sucedan nuestros hijos. Este tipo de negocios familiares es una pena que no continúen, por la experiencia acumulada y el legado que tienen”, señala Odilo. 

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