COMERCIO LOCAL

Cuatro comercios históricos resisten en las calles de Ourense, dos de más de 100 años

El comercio es uno de los sectores que concentra más nuevas empresas. (FOTO: ÓSCAR PINAL).
photo_camera Calle Santo Domingo (FOTO: ÓSCAR PINAL).

Cuatro comercios ourensanos, dos de ellos con más de un siglo de historia, han logrado sortear las crisis, la competencia de las grandes superficies y la amenaza de las ventas por internet para mantener el negocio familiar de generación en generación.

En los últimos años, Ourense ha visto como echaban el cierre varios negocios históricos, arraigados en nuestra cultura popular y que han dejado un gran vacío en la ciudad. Lugares emblemáticos como La Ibense, La Alemana o la Paquetería Renol bajaron su persiana por jubilación y falta de relevo generacional. Y es que solo hace falta darse una vuelta por la Rúa do Paseo y observar como las grandes compañías la han colonizado. Los negocios con raíces ourensanas se cuentan con los dedos de una mano.

El comercio local se ha visto obligado a competir con estas multinacionales y con el auge de las ventas por internet, además de sobrevivir a una pandemia que afectó especialmente al sector. A pesar de ello, en el casco histórico varias calles aún resisten a esta colonización, convertidas en el refugio de nuestro pequeño comercio. La rúa da Paz, la das Tendas y Santo Domingo todavía respiran ese ambiente tan especial que dan a Ourense los negocios de toda la vida, los cuales han forjado la historia de la ciudad. Muchos de estos comercios bastante tienen con sobrevivir cada mes, a veces haciendo más números de los que le gustaría, pero la satisfacción de poder seguir al otro lado del mostrador es algo impagable.

Estas tiendas han sabido potenciar esas virtudes del comercio local como que son la cercanía y el trato personal al cliente, así como conocer a la perfección el entorno en el que se desenvuelven.

Así llevan más de 100 años la sombrerería La Lucha y la joyería Cronómetro 1928 y más de medio siglo el bar Pepinillo y la colchonería Rimo. Manteniendo viva una tradición familiar que ha pasado de generación en generación, afrontando con trabajo duro las penurias del sector y recibiendo cada día al cliente que entra en sus comercios con una sonrisa.

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