Ourense eligió a sus actuales representantes políticos el 26 de mayo de 2019. Cuatro años que parecen quedar muy lejos, y que supusieron en la ciudad la victoria del PSOE ourensano, que no pudo formar gobierno, y la subsiguiente ascensión de la tercera fuerza política, Democracia Ourensana, a la alcaldía.
Datos y porcentajes sobre la asistencia a las urnas
Aquel día de mayo del 2019 pre-pandemia, salieron a votar más de 55.000 personas en el concello de Ourense. La participación fue del 64,85% de la ciudadanía, mientras que la abstención se quedó en un 35,15%. Es decir, unas 30.000 personas censadas no acudieron a votar.
El resultado dejó un ascenso importante de los socialistas ourensanos, por entonces liderados por Rafael Rodríguez Villarino, que consiguieron 9 escaños de los 27 que componen el hemiciclo ourensano. Ganaban 3 con respecto a las elecciones de 2015. Lo que no consiguieron fue reeditar la coalición de 2011, cuando llegaron a la mayoría absoluta gracias a sus 11 concejales y los tres del BNG.
Por su parte. El PP retrocedía hasta el segundo puesto, bajando de 10 a 7 concejales. Jesús Vázquez tenía que dejar la alcaldía, donde había gobernado en minoría durante los 4 años anteriores.
Y Democracia Ourensana también perdía un concejal y bajaba a tercera fuerza política. Aún con sólo 7 concejales, Gonzalo Pérez Jácome conseguía el apoyo del PP para gobernar en Ourense a consecuencia de un pacto cruzado en el que prestaba su apoyo para que los populares mantuvieran el gobierno de la Diputación.
Factores que influyen en la participación electoral en las elecciones municipales
Hay varios factores clave que tienen que ver con la movilización del electorado, algunos de ellos bajo el control de los partidos, otros completamente ajenos a ellos.
En primer lugar, cuenta la novedad del proyecto político, y en especial, el “tirón” del candidato o candidata. Eso es algo con lo que han jugado en esta ocasión especialmente el PP y el PSOE, recuperando candidatos reconocidos para el público, puesto que ambos han sido ya alcaldes de Ourense. También cuentan la radicalidad o novedad de las propuestas políticas, y desde luego, todos los programas anunciados hasta ahora tienen sus temas estrella, ya sea con nuevas infraestructuras, o con la regeneración de algunas zonas de Ourense.
Otro aspecto que suele aumentar la participación en unas elecciones es el clima político. Las legislaturas calmadas suelen disminuir la participación, mientras que el calor político y la polarización tienden a movilizar al electorado. Si esta afirmación se cumple en el 28M, todo indica que las municipales del 2023 serán recordadas por su alta participación.
Por último, un aspecto completamente fuera del alcance de los políticos es el clima a secas. El mal tiempo, especialmente la lluvia, suele desanimar a los votantes, pero lo contrario tampoco es garantía de participación. De hecho, un día veraniego que invite a dejar la ciudad hasta última hora de la tarde, puede hacer que mucha gente regrese sólo para encontrar la puerta del colegio electoral cerrada.
¿Cuál es la tendencia histórica de la participación en las elecciones municipales?
Las pasadas elecciones registraron un porcentaje de participación y abstención bastante típico en las municipales ourensanas, que se han movido entre un 62 y un 66% de participación en las últimas ediciones.
La importancia de la participación en las elecciones del 28M
Las elecciones municipales de 2019 trajeron unos resultados muy apretados entre las primeras fuerzas políticas, y unos cuantos cientos de votos decidieron que los escaños se repartiesen entre unos u otros.
Para esta cita de 2023, la cifra de indecisos arrojada por la última encuesta publicada por La Región se sitúa en el 31%, es decir, una de cada tres personas todavía no ha decidido lo que va a votar. Y posiblemente sean estos votos que faltan por asignar los que decidan quién se llevará la alcaldía.
Otro factor en cuenta son los partidos pequeños, que en esta ocasión podrían ser la llave que conceda el gobierno de la ciudad a las grandes fuerzas. Y en el caso de Ourense, unos 1400 votos separaron en 2019 al BNG, que consiguió dos escaños, de Ourense en Común, que se quedó fuera del consistorio.
Y es que la clave en estas elecciones bien puede estar en un puñado de votos.
