Sanidad en Ourense | Las cuatro décadas del sida

Ricardo Fernández y Dolores Díaz se enfrentaron a lo más duro de la pandemia del VIH desde el CHUO. Hace 40 años se diagnosticó el primer caso en el mundo y en 1982 el de España. Hoy se conmemora el Día de la lucha contra el Sida, una enfermedad que en cuatro décadas pasó de ser mortal a cronificarse para los pacientes, de los que hay 500 en la provincia. Fernández, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del CHUO, comenzó su residencia médica hace 39 años y coincidió con los peores momentos de la pandemia del sida. “Hasta 1996 murió mucha gente joven y fue muy duro para todos”, recuerda. Desde entonces, todo cambió. La investigación avanzó y se lograron tratamientos que podían hacer frente a la indefensión inmunológica de estos pacientes. “Avanzamos mucho y se logró que pasase de una enfermedad mortal a una que se controla para hacer vida normal”, reconoce Dolores Díaz, doctora de la unidad desde 1988. Los primeros años del descubrimiento del sida fueron los más demoledores, “terribles” para Díaz. “Muchos morían a los dos años de ser diagnosticados, con muchos ingresos por medio”, afirma Fernández. El sida se convirtió en la primera causa de mortalidad en personas de 20 a 30 años, acompañado de un gran estigma social. “Algunos prejuicios siguen presentes, ya que hay pacientes que temen la influencia del diagnóstico en su vida social o laboral. Pese a ello, se avanzó mucho en este sentido porque tienen derecho al respeto”, destaca Fernández. Díaz critica el trato que recibieron como los “leprosos del siglo XX” y que aún hoy prefieren no hablar de que tienen sida por esas consecuencias: “No se avanzó todo lo que se debería y todavía sufren por los estigmas”, añade la especialista. De estar prácticamente desahuciados, con un sistema inmunitario muy deteriorado por el VIH, los pacientes se adaptaron a los tratamientos. Díaz explica que se trataron con 30 pastillas diarias que provocaban efectos secundarios y ahora se controla con una sola. “Más de la mitad de las camas de infecciosos las ocupaban los pacientes de sida hace años, ahora pueden ser uno o dos”, afirma Fernández. Esto demuestra el importante salto que se dio en su tratamiento y que redujo prácticamente al 100% su mortalidad: “Para los que lo vivimos, es una alegría ver que nuestros pacientes sobreviven y tienen una buena calidad de vida”, destaca el jefe del servicio, que reconoce el acompañamiento que se les brindó al inicio. Aumento en los últimos años Durante el 2020 se diagnosticaron 12 nuevos casos, que frenaron la tendencia de los años anteriores con cifras más elevadas. Las generaciones más jóvenes, las que no vivieron lo peor de esta pandemia, perdieron el miedo. “Lo mejor que se puede hacer es prevenir, usar preservativo es muy importante para no terminar con un tratamiento de por vida”, explica Fernández. El 90% de los diagnosticados no tienen problemas derivados del VIH y se someten a controles cada seis meses. El diagnóstico precoz ayuda a que el riesgo de complicaciones sea menor y, para ello, Fernández recomienda que “todos se hagan la prueba una vez en la vida y, en caso de tener prácticas sexuales de riesgo, sea de forma más habitual”. La esperanza de vida, a diferencia de hace 40 años, no se ve mermada en la mayoría de los diagnosticados. Lo único que pueden sufrir es un “envejecimiento más precoz”, apunta Díaz. Mientras antes se morían por infecciones como la tuberculosis, agravadas por el VIH, ahora llevan una vida normal. La investigación trabaja en ello con una vacuna inyectable cada dos meses que sustituiría a las pastillas, o en la cura para la enfermedad. Los pacientes con VIH piden mejoras a nivel asistencial El Comité Cidadán Anti-Sida de Ourense hizo público un manifiesto con motivo de la jornada que lucha contra esta enfermedad. El colectivo lanzó una iniciativa a través de Change.org para pedir una Sanidad “digna”. En esta plataforma recogerán firmas para frenar las consecuencias de la situación sanitaria en la atención de estos pacientes. El manifiesto recoge que los usuarios de esta entidad se enfrentan a constantes cambios de citas en repetidas ocasiones, lo que les impide cuadrar las consultas con los internistas y las analíticas rutinarias para el control de la enfermedad. Además, se enfrentan “a falta de acordo e consenso” en quién debe derivarlos a especialistas o pruebas diagnósticas, si se hace desde Primaria o desde Atención Hospitalaria. Desde el comité señalan las carencias de especialistas y que repercuten en los pacientes de sida. Esto provoca que en cada visita al hospital sean atendidos por médicos diferentes “que descoñecen o expedientes dos nosos usuarios”. La falta de anestesistas también genera retrasos en las operaciones quirúrgicas de estas personas. La vacuna de la gripe también trajo consigo problemas para estos pacientes, a los que se dificultó su acceso pese a ser considerados de riesgo, afirman.