Declaraciones del acusado de robar a su a abuela: “Mi abuela era manirrota; me pagaba la droga”

Cristian D.G., ayer en la sala de vistas de la Audiencia de Ourense.
photo_camera Cristian D.G., ayer en la sala de vistas de la Audiencia de Ourense.
Las tías de Cristian D.G. lo acusan de vaciar una cuenta de su abuela, que sufría demencia

Hasta seis años de cárcel, multa y una indemnización de cien mil euros piden para Cristian D.G. dos de sus tías. Lo acusan -la Fiscalía no aprecia delito- de vaciar una de las cuentas de su abuela, la madre de las denunciantes, aprovechándose de la demencia que padece.

 El inculpado negó ayer en el juicio en la Audiencia de Ourense que hubiera saqueado a la anciana, con quien vivió desde los nueve meses de edad hasta que sus tías, según dijo, lo desahuciaron en 2021.  Admitió ante los jueces que podía disponer del dinero de una cuenta en Abanca porque figuraba como autorizado, pero que no le hacía falta ir al banco porque la abuela cubría todos sus gastos de forma consciente y voluntaria. “Era bastante manirrota, me daba dinero cuando lo necesitaba y cubría todos mis gastos”, aseguró. Incluso -añadió- le sufragaba la adicción a las drogas. “Desde los 18 años comencé a consumir cocaína, hasta dos gramos al día; también alcohol, marihuana y alguna pastilla”, destacó el acusado de un delito de apropiación indebida agravado por la vulnerabilidad de la víctima.  “Nunca me recriminó mi adicción; me pagaba la droga ella, precisó Cristian D.G.

A preguntas de su abogada, el nieto explicó que la anciana era generosa con otros miembros de la familia: ayudó al hermano del acusado; a las denunciantes, cuando iban a casa a verla; a la pareja que tuvo después de enviudar. Y tuvo que afrontar gastos importantes con motivo del incendio de la cocina de la casa, la reparación del tejado y la adaptación de una vivienda con movilidad reducida.

Las querellantes, no obstante, describieron otro escenario. Las alarmas se activaron cuando el sobrino comenzó a dar evasivas sobre compras no realizadas y recibos devueltos. “Le pedí las cuentas a Cristian y dio largas, por lo que comencé a sospechar”, aseguró una de las hijas. Debería haber más de 200.000 euros y encontró 200. Su madre -precisó- comenzó a dar señales de deterioro psíquico a finales de 2015.

En el juicio, lo que sí quedó claro fue la mala relación entre uno y otras. El inculpado dejó entrever que las hijas poco miraban por su madre y estas últimas incluso lo llamaron vago: “Mi hermana le buscó un trabajo en la Citroen y lo echaron por vago”.  Las tías aseguran que no les consta que su sobrino fuera consumidor de drogas y él destacó que una de ellas y su marido hasta fumaba porros con él.

Fuera del círculo familiar cercano, la expareja del inculpado aseguró que sus tías sí sabían que era adicto y que la abuela “le dejaba coger el dinero que necesitaba”.

La defensa del acusado insistió en que no hay prueba para condenarlo, en alusión a que el nieto estaba autorizado para disponer de dinero y que había más personas a las que ayudaba.  “Entre 2010 y 2020 entraba tanto dinero como salía”, destacó la letrada. Hasta puso un ejemplo: “En 2018, cuando estaba bien, la cuenta se quedó con 50 euros de saldo y se traspasaron 50.000”. Y hubo operaciones inmobiliarias en las que el notario no apreció nada anómalo.

La letrada de la acusación habló de hasta “25 operaciones de retirada al día con importes de hasta 3.000 euros”. “Se aprovechó del deterioro de su abuela  y la dejó en una situación vulnerable”, concluyó la abogada.

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