Un “Derroche" de rock ourensano

Derroche presenta “La tinta del tiempo”, un trabajo cuyo lanzamiento se postergó, como los de tantos otros artistas, producto de la pandemia causada por el coronavirus. Pero el grupo integrado por Borja, Diego, Javi y Jose recuperó la ilusión, al menos en lo que respecta a este disco en particular. Porque, tal como demuestra el contenido del mismo, al ritmo de un rock clásico, las letras, tan autobiográficas como sociales, destilan un descontento intrínseco y también respecto del marco social, cultural, político y económico en el que están inmersos estos músicos. Y, por supuesto, geográfico: Ourense. “Sigue la tierra girando / siguen los mismos ganando / tú y yo en el otro lado nos seguimos dando asco / ya nadie te quiere oír / nadie se moja por ti / sigue nuestro puño en alto / el suyo te ha dado a ti / anochece en tus pupilas / que no te dejan dormir / piensas de quién fue la culpa y sólo se te ocurre a ti / no me convence mi propia vanidad…”, dice la letra de “Con pies descalzos”, para que el escucha de Derroche tenga claro el sentir del grupo y en particular de Borja. Artista multifunción. Compone, canta, toca la guitarra, graba, mezcla y masteriza el disco y, si hace falta, te lo lleva a tu casa. Porque es un artista al que hay muy pocas cosas que le ilusionen tanto como hacer rock. Ah, y también responde a esta entrevista… ¿Qué tanto sirve la música para curar malas experiencias de la vida? En “Hojas de latón”, por ejemplo, te refieres a las visitas hechas por la muerte… (Risas) Para mí, del todo. Soy una persona a la que le cuesta mucho expresar los sentimientos en el tú a tú y en las canciones trato de evadir esta necesidad. Como bien dices, en “Hoja de latón” hay una frase que hace referencia a experiencias pasadas que a uno le ha tocado vivir y con la cual yo trato de expresar mi sentir hacia tal hecho. Siempre he utilizado las canciones para dar voz a mi yo más tímido, a ese que conocen solo los más cercanos, pero lo que más me gusta de las canciones es hacerlas de uno mismo. Hay mil canciones de otros artistas que escucho y las hago mías, me apropio de ellas a mi persona. Seguramente les de mi propia interpretación, diferente de la del autor, y eso es lo que a mi más me gusta de esto, conseguir que otra persona haga suya una canción mía. El disco expresa descontento y desasosiego respecto del contexto en el que están inmersos. ¿Tiene esto algo que ver con ser músico de rock en Ourense? Todo tiene que ver, no creo que solamente el ser músico, sea de rock o del género que sea, en Ourense o en Pernambuco, afecte a este descontento y a este desasosiego, pero sí contribuye a él. De toda la vida, el arte ha sido una disciplina menospreciada por la sociedad, nunca se le ha dado el valor que merece. Sin embargo, en los tiempos que corren es cuando más se la necesita. Lo malo es que rápidamente se nos olvida ese sentir. Hace más de un año que empezó todo esto del covid y ya nadie se acuerda de los que cantaban en las ventanas, a través de webcam o simplemente hacían juegos de entretenimiento para hacernos pasar un poquito mejor ese momento. Si lo extrapolamos al caso concreto del músico de rock en Ourense, pues creo que este sentimiento se magnifica dada la ausencia de apoyo por parte de las instituciones y más aún que hablamos de un género que, aunque nunca ha pasado de moda, siempre ha sido de grandes minorías. ¿Por qué hay en Ourense tan poco espacio físico para el rock y tan poco público roquero? Creo que la respuesta es bastante fácil y se llama 2020. Si esta pregunta me la haces sobre cualquier otro estilo que haya tenido su momento, como puede ser la música dance o el funk, la respuesta sería la misma. No podemos pretender que las nuevas generaciones escuchen lo que escuchaban sus padres; tienen su cultura, su forma de ser, su ir en contra de las normas establecidas. Ahora está de moda el trap o lo que sea; ni sé lo que escuchan los chavales y es lo que hay. Cuando yo y todo mi círculo de colegas teníamos 15 o 20 años pues escuchábamos rock, aunque en mi caso particular y el de mi círculo nos salvamos por tener hermanos mayores ya que otra gran parte ya empezaron con el tecno y la música electrónica. No podías pedirnos escuchar a Los Panchos que era lo que nos podía tocar por herencia, había que ir en contra de lo establecido y esto creo que siempre será así. Por suerte el rock ha sido y será un estilo que perdurará en el tiempo, nunca nadie va a poner en duda que marcó un antes y un después en la historia de la música. Y con respecto a Ourense creo que es bastante roquero, aunque no se le dé el apoyo merecido. Si todas las orquestas, diría de Galicia, pero seguramente me quedo corto, terminan con él “¡Que viva Dolores, y la madre que la parió!” … Por algo es. “Heridas” es algo así como un rock coral, por no decir un coro de ángeles, con invitados como Juankar Boikot, Alex Konflikto y Cristian Bergallazo. ¿Cómo fue la experiencia? O de demonios… Pues inolvidable, como tantas en este disco. Por coincidencias de la vida y a través de Cristian, que fue el nodo de contacto, establecí relación con Juankar. En una de esas tardes que coincidimos, simplemente le pregunté: “Oye, ¿te vendrías a cantar un temita en un disco que estamos grabando?”. Y sin pensarlo también me dijo que sí. Pues tal día como el 14 de marzo de 2020, coincidiendo con la declaración del estado de alarma, llegaba él de Madrid a Galicia y se vino directo para el estudio. Con él se vinieron Alex y Cristian y estando allí grabando las voces de Juankar surgió la idea de meter coros también de Cristian y Alex. No estaba en el guión, simplemente se grabó el momento y finalmente se quedaron. Acto seguido nos fuimos de cena y lo demás mejor omitirlo… La experiencia personal no hay quien la pague, que vengan a tu casa gente a la que tú sigues desde niño a cantar en tu disco, pues imagínate. Borja, cantante de "Derroche", posa con Josi, alma máter de Los Suaves. ¿Y cómo fue la experiencia de grabar con Yosi, alma máter de Los Suaves? Ya habías compartido escenario con él y ahora la grabación de una canción… Imagínate. Mi primer concierto de Los Suaves lo vi allá por el 93 con siete u ocho años, los llevo escuchando desde antes de aquel concierto, los llevo tatuados en una pierna y, por si fuera poco, me desperté de un coma diciendo que el día anterior había estado tocando con ellos. Dicen por ahí que “Nadie es profeta en su tierra” y, en el caso de Los Suaves, creo que la frase se cumple a rajatabla. Si tú sales de Ourense y dices de dónde eres enseguida a todo el mundo se le viene a la cabeza ese gato y aquí hasta hace bien poco el reconocimiento no les hacía justicia. Por suerte creo que eso ha cambiado y ya se les ha puesto donde tenían que estar. Pero, en mi caso particular, que después de que se subiese a cantar “Esta vida me va a matar” con nosotros en aquel “Derroche y amigos” y haber establecido a posteriori una relación más estrecha con Yosi y contigo, pedirle un día, después de todo lo que había pasado, con el accidente que sufrió y sin saberse mucho más de él desde aquel día, si estaría dispuesto a cantar una canción mía, grabada por mí, en nuestro nuevo disco y que él aceptase, viniese a mi “casa” a grabar mi propia canción y aportar ideas a la misma… Pues, hablando en plata, no me cabe un garbanzo en el culo. Sinceramente, será uno de esos momentos que sea imposible caigan en el olvido. Ahora solo queda que la gente la disfrute.