Son muchos los trabajadores que hacen de las calles sus particulares 'oficinas', pero al sol, desafíando las elevadas temperaturas del verano (ayer 39,1 grados, el segundo valor más alto de todo este verano).
Si soportar las altas temperaturas que se están registrando durante estos días en Ourense, y que ayer superaron los 39 grados - el segundo día más caluroso del verano- ya se hace complicado de por sí para cualquier persona que pise la calle, esta situación se acentúa para todos aquellos trabajadores que sitúan en las vías públicas de la ciudad sus propias 'oficinas' de trabajo.
Así, jardineros, obreros, repartidores de publicidad, barrenderos, vendedores de cupones, carteros o policías desafían día tras día a los termómetros para cumplir con su actividad laboral en la ciudad.
Todos ellos encuentran en las sombras grandes aliadas para frenar la sensación de calor extremo, pero en todo caso, nada les salva de un sofocón forzoso. Mejor suerte corre por ejemplo, el quiosquero Diego Iglesias que, contando con un aparato de aire frío -aunque sin ventanas que cerrar-, resiste al sofocante calor. Además, 'al no tener que moverme mucho tampoco lo noto tanto', concretó. En idéntica situación se encuentra la vendedora de cupones Patricia Rivas, que asegura que este verano tampoco ha sido de los peores, 'se va llevando', matizó. Y es que según un informe elaborado por Meteogalicia el pasado mes de julio en la comunidad gallega fue el más frío de los últimos 31 años, ya que desde 1981 no se registra una media de 18 grados en este mes estival.
Así, jardineros, obreros, repartidores de publicidad, barrenderos, vendedores de cupones, carteros o policías desafían día tras día a los termómetros para cumplir con su actividad laboral en la ciudad.
Todos ellos encuentran en las sombras grandes aliadas para frenar la sensación de calor extremo, pero en todo caso, nada les salva de un sofocón forzoso. Mejor suerte corre por ejemplo, el quiosquero Diego Iglesias que, contando con un aparato de aire frío -aunque sin ventanas que cerrar-, resiste al sofocante calor. Además, 'al no tener que moverme mucho tampoco lo noto tanto', concretó. En idéntica situación se encuentra la vendedora de cupones Patricia Rivas, que asegura que este verano tampoco ha sido de los peores, 'se va llevando', matizó. Y es que según un informe elaborado por Meteogalicia el pasado mes de julio en la comunidad gallega fue el más frío de los últimos 31 años, ya que desde 1981 no se registra una media de 18 grados en este mes estival.
