Su nombre aparecía en un papel entregado a la hija del empresario ourensano como responsable del secuestro

Desaparece un testigo clave en el juicio por la desaparición de Collarte

El juicio del caso Collarte llega a su tercera jornada con una nueva incógnita. El paradero del constructor encargado de la obra que visitó Guillermo Collarte el 5 de octubre de 1999, el día de su desaparición. El hijo de este constructor, Joao Paulo de Matos, aseguró a preguntas del juez que su padre se encontraba en paradero desconocido y que todo apuntaba que pudiera encontrarse en España.
Un testigo clave, al ser una de las últimas personas que vieron al ourensano con vida, quien visitó la obra conocida como el antiguo mercado -la hija del ourensano declaró que le habían confesado que el cuerpo de su padre se encontraba en uno de los pilares de este inmueble- acompañado de sus otros dos socios, Luis Sánchez Lavandeira y Gerardo Torres.

Aquel mismo día, apenas una hora después de la desaparición de Collarte en el solar cercano a la estación de tren, donde le había dejado el ex edil de Valença y gestor inmobiliario José Lopez, el ahora también desaparecido, De Matos, recibía una llamada a su móvil de alguien, que su hijo aseguró no saber quién era, preguntándole por el promotor inmobiliario. La Justicia lusa lo intenta localizar porque su nombre apareció escrito en un papel entregado por un sicario a la hija de Collarte, involucrándolo en primera línea de la trama.

Otro de los testimonios que centró la jornada fue el de un inspector de la Policía Judiciaria, quien puso el acento en el tiempo que dejaron transcurrir tres de los cuatro procesados (los dos socios y el gestor inmobiliario Jose Lopes) desde la desaparición hasta la denuncia. El policía dijo que el tiempo en que los tres estuvieron buscando a Collarte, unos 40 minutos, deja en blanco más de dos horas que ninguno de ellos puede justificar.

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