Desde Allariz a Carballiño y desde Cartelle hasta O Barco, la provincia se convirtió ayer en un gran desfile de comparsas y charangas. Los montes de Cartelle acogieron la corrida do meco, una tradición que se remonta a la Edad Media.
La provincia vivió con gran animación el día grande del Entroido, con desfiles, comidas y bailes. En Carballiño, 30 comparsas y charangas protagonizaron un desfile multitudinario, que siguieron más de 5.000 espectadores. La comitiva fue abierta por los felos de Maside.
En O Barco, las calles más céntricas fueron tomadas por 500 integrantes de las 20 comparsas del desfile. Mientras, en A Rúa, fueron ocho las agrupaciones que participaron. En Ribadavia, salieron 16 grupos y una charanga.
Los vecinos de Teixugueiras fueron los más madrugadores de la jornada, con la corrida do meco por los montes de Cartelle, en una celebración que se remonta a la Edad Media.
En Allariz, el tradicional desfile de carnaval congregó a niños, jóvenes y mayores en un extensa comitiva que culminó tras la entrega de premios, con la actuación de Amistad dentro del Baile do Entroido. Desfiles que también discurrieron por tierras de A Baixa Limia, en Bande y Entrimo.
En O Barco, las calles más céntricas fueron tomadas por 500 integrantes de las 20 comparsas del desfile. Mientras, en A Rúa, fueron ocho las agrupaciones que participaron. En Ribadavia, salieron 16 grupos y una charanga.
Los vecinos de Teixugueiras fueron los más madrugadores de la jornada, con la corrida do meco por los montes de Cartelle, en una celebración que se remonta a la Edad Media.
En Allariz, el tradicional desfile de carnaval congregó a niños, jóvenes y mayores en un extensa comitiva que culminó tras la entrega de premios, con la actuación de Amistad dentro del Baile do Entroido. Desfiles que también discurrieron por tierras de A Baixa Limia, en Bande y Entrimo.
