FOTOGRAFÍA

Desnudando Ourense

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photo_camera La miniatura del puente romano, también escenario de las fotografías de Víctor Iglesias. (VÍCTOR IGLESIAS)

Una chica posando con escasa ropa en las vías del tren en Noriega Varela desveló la historia: un ourensano, Víctor Iglesias, emplea lugares populares de la ciudad para sesiones de fotos que alcanzan presencia internacional

IMG_5396editnamereduc_resultEl domingo 17 de marzo quedó protagonizado en los whatsapp y redes sociales de muchos vecinos de la ciudad por una mujer que posaba semidesnuda sobre las vías de tren en Noriega Varela. Ella era Iria da Rocha, y él, Víctor Iglesias (Ourense, 1976), un fotógrafo que se ha especializado precisamente en eso, en el desnudo artístico encajado en Ourense.

Enclaves tan populares como las Termas, el Parque de San Lázaro, la estatua de La Lechera, la del Carrabouxo o la Praza Maior se convierten con la lente de Iglesias en escenarios que han acogido sesiones de fotos para reportajes que, posteriormente, tuvieron espacio en la revista Ojos, del Museo de Arte Erótico Americano. Desnudos de Ourense para el mundo.
Esto es lo que Víctor Iglesias persigue con sus trabajos en última instancia: "Tenemos una grandeza cultural muy importante, vinos, termalismo, paisajes... pero creo que no están lo suficientemente explotados. Soy muy ourensanista, y este es mi granito de arena para ayudar a poner el nombre de la ciudad en el mapa".

Lo que no está tan claro es cómo llega uno al mundo de la fotografía erótica. "Empecé en el 95. Al principio tenía los referentes clásicos analógicos, como Man Ray o Helmut Newton. Luego me fui adentrando en la digital, inclinándome por una línea más transgresora. Ahí fue cuando empecé a coger los paisajes autóctonos mezclados con el modelaje, la moda... llegué al desnudo artístico... y hasta ahora", repasa Iglesias.

Un ahora en el que el fotógrafo ourensano llega a hacer cuatro o cinco sesiones por semana, "encargos en mi estudio o con modelos llegadas de toda España, que se ponen en contacto conmigo para perfeccionar poses o para completar sus porfolios". Eso sí, vivir de esto es complicado. Iglesias cobra una pensión por una enfermedad, y lo combina con pequeños curros aquí y allá: "A lo largo de los años he trabajado un poco de todo, la fotografía artística no es rentable, es un mundo complicado".

Iglesias, militante del PSOE, con la carrera de Psicología a medias y con una trayectoria personal "repleta de altibajos", fue presidente de la ONG Galicia Terra de Acollida. "Siempre he estado preocupado por lo que sucede en mi entorno, con sensiblidad social, algo que se ha reflejado en mis fotografías", destaca Iglesias, que explica cómo temas como la violencia de género, la crisis o la emigración han encontrado cobijo en sus trabajos.

Rechazo y  clichés

A lo largo de la conversación, se esfuerza en explicar y argumentar su trabajo. En parte, por las actitudes que su labor ha generado en ocasiones. "La verdad es que me he enfrentado a todo, según aumenta la popularidad de una persona la exposición aumenta. Pero es un precio que hay que pagar, el arte es subjetivo. También pienso que si no te gusta algo, con no verlo ya está. No envío a nadie las fotos por correo postal", reflexiona.

Los clichés que provoca cualquier expresión con el apellido erótico son otro caballo de batalla. "La gente tiene mitos extraños sobre el desnudo artístico. Parece que nos quedamos con la narrativa de la típica película erótica... pero todo es mucho más natural. Los desnudos artísticos están representados desde el origen de la cultura, no entiendo el problema".

En todo caso, la premisa que tiene siempre presente Víctor Iglesias a la hora de hacer "trabajo de campo es la discreción. Cuando planeamos sesiones en lugares transitados, buscamos horas tranquilas, siempre con una regla: que no estén niños cerca. Además, siempre que sea posible intentamos evitar presencia de público", señala el fotógrafo, que reitera una y otra vez que su intención no es epatar:  "Conseguir revuelo es muy fácil, con ponerse unos zancos y pasear por la calle del Paseo ya conseguirás que hablen de ti. Pero yo busco el reconocimiento posterior".

Aunque a veces pasar desapercibido es imposible, como en el caso de la sesión de fotos en las vías del tren que reinó en el Quencho y en la web de La Región. "Terminamos el trabajo con treinta personas mirando. Fueron muy majos, incluso nos invitaron a unos cafés. Estas cosas me hacen pensar que poco a poco voy consiguiendo derribar alguna barrera", reflexiona Víctor Iglesias a la hora de hacer balance de un camino del que, si se le pregunta por su próximo paso, lo tendría claro: "Una sesión en la Catedral de Ourense. Aunque sé que es imposible".

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