600: El ahorro anual de las familias que reciben productos de familia o amigos.
Las consecuencias de la despoblación y el éxodo rural, sumado al envejecimiento de la población que permanece fuera de núcleos urbanos, tiene también consecuencias en el bolsillo de los ourensanos, como certifica la última encuesta estructural publicada por el Instituto Galego de Estatística (IGE), en la que se recoge que los hogares que reconocen ahorrar en alimentos son ya menos de la mitad del total de la provincia (49,42%, un total de 63.484) tras un notable descenso desde 2014, cuando el porcentaje ascendía por encima del 65%, lo que ha supuesto que sea ahora Lugo la primera provincia gallega en este ranking.
La producción propia de alimentos supone, atendiendo a los últimos datos del IGE, un ahorro medio mensual de algo más de 50 euros (600 al año), registro que hace una década superaba los 82 euros, muy cerca de los 1.000 euros en todo un año, una cifra considerable para hacer frente a la crisis económica y que, en paralelo, contribuía también a mantener la productividad de parcelas y terrenos del rural, evitando así el abandono de las mismas.
Menos de la mitad de los hogares reconocen ya ahorrar en alimentos por regalos de familia o amigos
Tradiciones a la baja
Los datos recopilados en la encuesta estructural de hogares ponen de manifiesto que tradiciones como la matanza son cada vez menos frecuentes en la provincia, ya que apenas el 11,19% de los hogares reconocen ahorrar en su cesta de compra con los alimentos derivados del cerdo, un porcentaje que llegó a ser del 28,9% una década atrás. Los representantes de empresas murcianas que abastecían de pimentón (producto necesario para los chorizos) a la provincia aseguran que las ventas han disminuido hasta un 60% en los últimos años, un claro indicador de la situación.
"Hai menos matanzas porque no rural somos xa moi maiores e case non hai medios nin axudas doutra xente para facelo", confirma Marcelino Fernández, vecino de Xinzo, uno de los que resiste con la tradición.
Pero no solo los productos propios derivados del cerdo tienen menos presencia, sino que el autoconsumo y el autocultivo esta también a la baja en carnes de vacuno, cordero o conejo, ahorrando ya menos del 10% de los hogares con este tipo de alimentos.
La huerta sigue siendo el principal suministrador de alimentos de producción propia para los hogares, que se benefician cada vez menos de tradiciones como la matanza.
Aunque está también a la baja respecto a las cifras de hace unos años, sí es más frecuente que los hogares se nutran de productos propios como los que proceden de las huertas (patatas, tomates...), con más de un 46% de familias que reconocen ahorro en su cesta de la compra. En lo que respecta al pollo o a los huevos, el porcentaje supera el 30%. Mientras, con las frutas o frutos secos, son más de un 10% de hogares los que se benefician del regalo de estos productos, aunque hace un lustro eran uno de cada cuatro.
También la producción de vino o licores para el consumo de las familias está en caída, siendo ya apenas el 5,4% de los hogares de la provincia los que aseguran haber ahorrado dinero disfrutando de caldos que les entregan familiares o amigos. El "pico" más alto en aprovechar los vinos propios para abastecer la despensa llegó en plena crisis económica, cuando casi uno de cada cinco hogares aseguraban ahorrar en su cesta de la compra en este apartado.
Los hogares de la ciudad notan el cambio de tendencia
El trabajo publicado por el IGE permite también analizar el comportamiento de los hogares de los siete principales concellos de Galicia, con Ourense notando los problemas demográficos de la provincia, ya que ya apenas el 26% de los hogares de la capital reconocen un ahorro en su cesta de la compra, cuando en 2014 eran más de la mitad, lo que demuestra que cada vez el rural abastece menos a las familias de la ciudad de Ourense.
El ahorro mensual se eleva, según la estadística, a algo más de 78 euros, muy por debajo de los 131 euros que se reconocían hace ocho años.
José Antonio Ferreiro reside en Xinzo y tiene previsto sacrificar dos cerdos esta semana. "Hago la matanza porque, además de llenar la despensa para todo el año, sabes que comes productos de calidad", afirma, puntualizando que cebó los animales desde pequeños con productos que cultivo en sus fincas. "De no ser así, si tienes que comprar, no creo que compense mucho, porque un cerdo, por poco que pese, supera los 500 euros". A este dinero hay que sumarle lo que cuesta el pimentón, tripa y especies para embutir chorizos y la sal para secar jamones y paletas.
Josefa Rodríguez reside en el municipio de Cualedro. Además de la matanza suele sacrificar corderos durante todo el año: "Los productos del campo permiten un gran ahorro. Si hay que comprar, la pensión no llegaría".