La Guardia Civil registró varios domicilios de personas de origen ecuatoriano

Cinco detenidos por tráfico de drogas en una redada en Verín

La 'Operación Avellana' sienta desde ayer a nueve acusados en el banquillo. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La Guardia Civil registraba ayer en Verín varios domicilios en búsqueda de droga dentro de una operación en la que, según pudo saber este periódico, ya acumula cinco detenidos de origen ecuatoriano, uno de ellos juzgado recientemente por tráfico de drogas.
Los arrestos se enmarca dentro de otra macro-operación antidroga, que el pasado 17 de enero conllevó la detención de otras cinco personas, tras intervenirle 800 gramos de cocaína en un piso de la avenida de Portugal.

La Guardia Civil declinó ayer ofrecer detalles sobre esta trama, pero La Región pudo saber que entre los arrestados hay un matrimonio, que sería el cabecilla de la organización.

Estos arrestos se desarrollan paralelamente al juicio de la Audiencia provincial que desde ayer dirime la 'Operación Avellana', desencadenada por el tráfico de drogas en el año 2003 en Valdeorras. Los acusados se enfrentan a penas que suman 80 años de prisión. Y es que la comarca de Valdeorras y la de Verín, son el escenario de las actuaciones más relevantes contra los estupefacientes en la provincia en los últimos años, con las que han llegado a desnudarse estructuras organizativas altamente sofisticadas. Los juicios orales contra las operaciones 'Avellana', 'Rojas' o 'Xares' se han resuelto, o lo están haciendo, en el margen de pocos meses. Todas ellas tuvieron su epicentro bien en O Barco, bien en Verín. No es casual. Fuentes de la investigación policial que completaron su instrucción señalan distintos factores que explican que las redes que mueven la droga se asienten precisamente en esos territorios.

En el caso de Valdeorras, 'el alto poder adquisitivo al que acceden jóvenes sin apenas formación, como resultado de la preeminencia del sector pizarrero en la comarca, favorece el acceso al consumo, y en consecuencia, la consolidación de las estructuras del mercado', señalan aquellas fuentes. El asentamiento de inmigración procedente de Colombia -sin que ello signifique la criminalización de la misma- es también un caldo de cultivo preferente para el establecimiento de redes vinculadas con el narcotráfico y con ramificaciones en ciudades como Madrid y Barcelona, proveedoras de la droga. A esta circunstancia, compartida por la comarca de Verín, habría que añadir, como tercer factor, 'la incidencia de la prostitución' en ambos territorios, fenómeno que 'aprovechan las redes para extender el negocio'.

Las comarcas de Valdeorras y Verín acumulan desde el 2003 seis grandes operaciones antidroga. Según el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, las fuerzas de seguridad están atentas, en materia de tráfico de sustancias estupefacientes, a todos los rincones de la provincia, “aunque es verdad que ocasionalmente en función de indicadores se presta más atención a determinadas zonas”, aseguró.

Ocampo declinó expresamente citar a Valdeorras y Verín como centros neurálgicos de la droga, pero a su entender la cercanía con León y Lugo, en el caso de Valdeorras, y Portugal con Verín, facilita el tráfico de todo tipo de sustancias estupefacientes.

En la Comandancia ourensana declinaron ayer hacer ningún tipo de declaración sobre incautaciones de droga en la provincia, pero reconocieron que tanto en Valdeorras como en Verín hay más trapicheo de droga debido a las características socioeconómicas, inmigración y los clubes de alterne que hay en ambas zona.

Las redes de narcotraficantes desarticuladas en Valdeorras y Verín (seis en cinco años: 'Mencía', 'Avellana', 'Rojas', 'Xares', 'Presas' y 'Vértice') supera con creces a las de la ciudad, donde las últimas incautaciones se redujeron a pequeñas dosis en la vía pública y en registros en domicilios del barrio de Covadonga.

Para el jefe de la Policía Judicial de la Comisaría, Demetrio Martínez, Ourense es un lugar de paso de droga. 'Aquí no hay puerto ni aeropuerto para decomisar grandes alijos. Somos un lugar de paso y lo que más abunda es el trapicheo', afirmó.
Según Demetrio Martínez, las intervenciones de droga son muy similares en toda la provincia.

Una red con patrones de estructura empresarial
Ni uno de los nueve imputados por pertenecer a una organización engrasada, según el Ministerio Fiscal, para traficar con droga con la agilidad de una estructura inspirada en el mundo de la empresa, respondió a cuestiones que no partiesen de sus abogados. En la primera jornada de juicio, el fiscal fue un espectador de tribuna, a la espera de desplegar hoy su arsenal acusador y demostrativo.

Detenidos el 19 de julio de 2003 en el marco de la 'Operación Avellana', en O Barco, todos los acusados, con preguntas servidas en bandeja de plata para sus intereses, negaron tener relación alguna con el tráfico de droga. Nunca la tocaron, afirmaron, salvo para consumirla. Esa inclinación la confesaron todos, por lo que podría contribuir, en una posible sentencia condenatoria, al factor eximente.

Parcos en detalles que no fuesen insistir en que sus profesiones los ocupaban no tanto en el narcotráfico como en la pizarra y el textil, debe ser hoy cuando salgan a la luz las pruebas de cargo. La comparecencia de los testigos -uno de ellos protegido- y la valoración de las transferencias bancarias y las escuchas telefónicas -cuya nulidad será planteada previsiblemente por las defensas- pretenden servir al fiscal de argamasa para desvestir a 'una banda organizada internamente en tres niveles, ordenados de mayor a menor jerarquía', según el fiscal.

En la cúpula se hallarían Harold Andrés Bonilla, Yuli Paulina Mendes y Oswaldo Amaya, responsables supuestamente de ejercer la dirección y canalizar la información hacia el estadio inferior, compuesto por Anabella Lozada, Carina Marques, y los hermanos Juan Carlos y Arsenio García Borbón. Un escalón por abajo, cerraba la estructura Enrique Ramos. El fiscal sitúa fuera de la red, pero colaborando con la misma en el menudeo de droga, a Isabel García Arias.

La primera jornada del juicio permitió a Harold Andrés Bonilla desdecirse de su declaración durante la instrucción, cuando confirmó su relación con los 90 gramos de cocaína incautados en su vehículo, cuando regresaba a O Barco desde Madrid, el 19 de julio de 2003. Ayer dijo ignorar cómo había ido a parar allí. En el pasado, 'me responsabilicé de ella porque incriminaban a mi mujer'.

Venta de ropa
Oswaldo Amaya sólo aceptó haber mantenido relaciones comerciales con Harold Andrés Bonilla y Juli Paulina a cuenta de la venta de ropa a la que aquél se dedicaba.

Juan Carlos García enfatizó el 'tormentoso' y 'violento' divorcio que vivió con su mujer, antes de irse a vivir con Annabella Lozada. Preparaba así el terreno para achacar a una venganza de aquélla la imputación de su ex marido en este proceso penal.

Juan Carlos García confesó conocer a Harold y Juli a través de Annabela, al punto que las buenas migas labradas condujeron a que los colombianos incluso le 'prestasen dinero'. Con lo que abonaba el suelo para justificar las transferencias bancarias.

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