Le dieron 500 euros y muebles por denunciar una falsa agresión sexual

Ángeles Filgueira, Antonio Rey y Rosa Prieto, en el juicio.
Rosa Prieto denunció en noviembre de 2009 que había sido víctima de abusos sexuales cuando estaba realizando una práctica de conducir por parte de su profesor, R.A.M. Este último fue detenido delante de su lugar de trabajo, pasó una noche en los calabozos y se vi incurso en un proceso penal por agresión sexual hasta que en junio de 2010 se archivó el caso cuando el profesor pasó de denunciado a víctima de un embuste.
Rosa Prieto, inculpada en un delito de denuncia falsa, reconoció ayer ante la jueza del Penal 2 que lo había acusado falsamente porque cobró 500 euros por parte de los dueños de la autoescuela -Ángeles Filgueira y Antonio Rey-, quienes también compartieron banquillo con ella. Según dijo ayer, 'querían echarlo fuera y deshacerse de él'. Incluso, tal como relató, para hacer creíble la denuncia por abusos sexuales, 'Antonio me provocó lesiones y me rompió la ropa'. Y para que no se volviese atrás y siguiera ratificando su postura, dice que le regalaron muebles: una cama, una lavadora y un ordenador.
Rosa asegura que lo hizo porque estaba en un situación personal límite: 'Me iban a desahuciar, tenía problemas psicológicos, consumía estupefacientes... Estaba muy necesitada de dinero. Hoy no lo hubiera hecho'.
Los otros dos compañeros de banquillo, los dueños de la autoescuela, negaron los hechos, aunque no supieron explicar el porqué Rosa podría estar incriminádolos máxime cuando era amiga de Ángeles Filgueira. Esta última resaltó que la denuncia de abusos era publicidad negativa para el negocio. Tanto ella como su marido niegan que le hubieran pagado 500 euros y reconocen que le regalaron muebles viejos y que hasta le prestaron 80 euros porque la habían cortado el suministro de luz.
La acusación particular que ejerce la víctima aportó como testigo a una mujer de origen rumano que aseguró que el matrimonio le había pedido a modo de favor que denunciara falsamente al profesor por abusos 'porque era mala gente y no quería irse'. No aceptó porque, según precisó, 'los rumanos no somos delincuentes como se creen por ahí'.

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