El viaje de tu vida. Así fue denominado el periplo que realizaron 75 personas de la Diócesis de Ourense por Tierra Santa, rememorando los lugares claves de la vida de Jesucristo. La expedición, coordinada por el Obispado y Viajes Halcón, se centró en enclaves de Israel con una parada en Petra (Jordania).
El más emotivo de los viajes que puede realizar una persona que profesa la religión católica es aquel que recorre los lugares que marcaron la vida de Jesús. Bajo esta premisa, la Diócesis de Ourense y Viajes Halcón organizaron una peregrinación a Tierra Santa bajo el título El viaje de tu vida, que reunió a 75 integrantes de la Diócesis, 15 de los cuales eran sacerdotes.
La expedición, de 10 días de duración, estuvo liderada por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiúza; el vicario de Pastoral y director espiritual, José Pérez Domínguez; el catedrático Francisco Botana, que realizó una tesis sobre esta peregrinación, y Fernando Olmedo, director provincial de Viajes Halcón.
Precisamente fue esta agencia de viajes la que programó las diferentes etapas del itinerario en función de los escenarios que marcaron la vida de Jesucristo. La segunda jornada (tras la llegada a Tel Aviv) transcurrió entre Cesarea, Haifa y Nazareth, para dar paso al día siguiente a la visi ta al Monte de las Bienaventuranzas, Cafarnaúm, Tabgha y el Monte Tabor. El cuarto día fue el de la incursión a Jordania, desde Tiberiades a Jerah, con parada en Petra, el lugar donde Moisés anunció la Tierra Prometida según las Sagradas Escrituras. Precisamente Petra centró gran parte de la quinta jornada, que concluyó en Ammán.
Las cuatro siguientes etapas estuvieron centradas en Jerusalén, con paradas en el Monte Nebo, Jericó, el Monte de los Olivos, Via Crucis por la Vía Dolorosa hasta el Calvario y celebración de la Eucaristía en el Santo Sepulcro, entre otros muchos lugares representativos para la Cristiandad.
Se da la circunstancia que el viaje a Tierra Santa de la Diócesis de Ourense se desarrolló una década después del primer periplo de estas características, en el verano de 1999.
El resultado del viaje de este año no pudo ser más satisfactorio, a juzgar por las buenas sensaciones de los integrantes de la peregrinación que recibieron, además, un certificado de peregrino en la ciudad de Jerusalén y celebraron misas en todos los lugares santos. De hecho, la Diócesis no descarta repetir esta experiencia en años venideros, al resultar un éxito espiritual y cultural para sus participantes.
La expedición, de 10 días de duración, estuvo liderada por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiúza; el vicario de Pastoral y director espiritual, José Pérez Domínguez; el catedrático Francisco Botana, que realizó una tesis sobre esta peregrinación, y Fernando Olmedo, director provincial de Viajes Halcón.
Precisamente fue esta agencia de viajes la que programó las diferentes etapas del itinerario en función de los escenarios que marcaron la vida de Jesucristo. La segunda jornada (tras la llegada a Tel Aviv) transcurrió entre Cesarea, Haifa y Nazareth, para dar paso al día siguiente a la visi ta al Monte de las Bienaventuranzas, Cafarnaúm, Tabgha y el Monte Tabor. El cuarto día fue el de la incursión a Jordania, desde Tiberiades a Jerah, con parada en Petra, el lugar donde Moisés anunció la Tierra Prometida según las Sagradas Escrituras. Precisamente Petra centró gran parte de la quinta jornada, que concluyó en Ammán.
Las cuatro siguientes etapas estuvieron centradas en Jerusalén, con paradas en el Monte Nebo, Jericó, el Monte de los Olivos, Via Crucis por la Vía Dolorosa hasta el Calvario y celebración de la Eucaristía en el Santo Sepulcro, entre otros muchos lugares representativos para la Cristiandad.
Se da la circunstancia que el viaje a Tierra Santa de la Diócesis de Ourense se desarrolló una década después del primer periplo de estas características, en el verano de 1999.
El resultado del viaje de este año no pudo ser más satisfactorio, a juzgar por las buenas sensaciones de los integrantes de la peregrinación que recibieron, además, un certificado de peregrino en la ciudad de Jerusalén y celebraron misas en todos los lugares santos. De hecho, la Diócesis no descarta repetir esta experiencia en años venideros, al resultar un éxito espiritual y cultural para sus participantes.
