El Auditorio acogió ayer un acto con el objetivo de conmemorar el Día Internacional del Migrante y concienciar a los más jóvenes de la importancia de la integración cultural y de una sociedad igualitaria.
Ni es cuestión de moda, ni decisión fácil, ni experiencia sin heridas. Emigrar es una experiencia vital con un elevado coste emocional que muy pocos emprenden por decisión propia, porque son demasiadas las cosas que uno deja atrás y muchas las dificultades que uno se encuentra por delante.
Ayer fue el Día Internacional de las Migraciones y la Concejalía de Servicios Sociales del Concello recordó esta celebración con un gran acto en el Auditorio, pensado, sobre todo, para los escolares, que ayer además, tenían un día cargado de emociones con la entrega de las notas y el comienzo de las vacaciones navideñas.
Con cierto retraso sobre la hora prevista, los alumnos de distintos centros educativos de la ciudad participaron en este encuentro intercultural, cuyo objetivo fue mostrar a los niños las distintas realidades y culturas con las que conviven y acercarlas para eliminar barreras y hacer posible una integración natural.
Bajo el nombre de "Ourense Acolle", los escolares, de distintas nacionalidades, contribuyeron a crear un mural, en forma de árbol, en el que fueron colgando deseos y frases alusivas a la celebración del día. El acto contó con la colaboración de la Fundación "Juan Soñador"; la asociación de colombianos, MIRA ; la venezolana Alma Llanera, y la senegalesa, AISO . Al acto asistieron miembros de los distintos partidos de la corporación municipal, y el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez.
“Todos somos iguais independentemente do lugar no que nacemos, e a igualdade é un alicerce fundamental no que apoiarse para a construción da sociedade”, aseguró el regidor, al tiempo que animó a los presentes a “construír un mundo mellor, máis solidario e máis feliz” .
El acto fue conducido por Mohamed, técnico responsable de las aulas de apoyo a inmigrantes, quien fue presentando las distintas actuaciones musicales que mostraron el folclore y los sonidos de distintos países. Los menores también pudieron escuchar algunos testimonios de inmigrantes que narraron su experiencia en primera persona.
Al finalizar el acto, todos los presentes participaron en la formación de una cadena humana que partió desde la sala principal hasta el primero piso del Auditorio, donde la Fundación Juan Soñador colocó una exposición fotográfica bajo el título "La mirada también habla".
El acto acabó en una gran fiesta en la que todos los presentes participaron y en la que mostraron su firme propósito de crear una sociedad igualitaria.
