Ourense no tempo | Entrañables ourensanos

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Me apetecía que el artículo de hoy, fuera algo especial: cumplía mi blog recientemente 15 años de vida y este artículo hace el número 400 de los publicados semanalmente en La Región y, de manera casual, el 900 contando los del verano, Gente Mayor, láminas y especiales. 

Y qué mejor para este evento que recuperar a quienes yo llamo “entrañables”, esos que posiblemente no hayan disfrutado de la mejor vida, y sin embargo han conseguido algo reservado solo a unos pocos privilegiados: con sus muchos defectos y virtudes han llegado a lo que yo defino como inmortalidad, ¿o qué es si no que a pesar de los muchos años que trascurran se les siga recordando? Ellos son mi debilidad. No es lo mismo ser vago que no poder trabajar, ni es lo mismo ser un borracho que un enfermo de alcoholismo, entre otras diferencias. Muchos de estos personajes he podido contrastar que se vieron abocados a llevar una vida difícil, sin haberlo deseado: problemas físicos, mentales, accidentes… muy variadas han sido las causas, pero lo que nadie puede negar es que al final ellos forman parte del selecto grupo de personas que se pueden definir como inmortales. Por mucho tiempo que pase, sus historias ya forman parte del anecdotario local. 

Algunos he tenido la fortuna de conocerlos, como el bueno de Pepiño (que en su destartalada silla hacia guardia en las Josefinas), el más que inteligente Popotito (capaz de dedicarte una poesía en segundos), el cerebro privilegiado de Pitagorín (el hijo del Luis Trabazos), la Golondrona, Concha, Rascayú, Charleston, Turbi, Luisito, el Azucarillo, Cepo, O Paxaro, Félix, A Perrecha, el gran Andrés con su batería (recientemente fallecido)… una lista que podría extender fácilmente y que erróneamente me ha llevado a pensar que mi generación fue la más generosa en estos personajes.

A nada de haber empezado esta aventura de Ourense no Tempo, pude conocer la historia de grandes como Frain, Capitán Bombilla, Paco Madrid, Laylan “el Chulito”, el ciego Dado, Carracuca, El Marrón y su querida Marrona, O Labandeira, Lelé, Picha Gris y otra larga lista de personajes coetáneos de mis padres y abuelos que no tenía fin... el gran Xan da Coba, Os Pandegos, Martin O Peixeiro… Por medio de mi amiga Menchu se me presentaron los de otra generación, y ando tras su pista: Julito Losada, el Regaderas, el Pencas y su inseparable Ramona, el Chaparrita…

Y no penséis que esta sociedad de la informática y la escasa relación social los ha hecho desaparecer. Al contrario, si os fijáis, muchos “influencers”, tertulianos y artistas los sustituyen de manera “cutre” en el panorama nacional; eso sí, muy bien remunerados. ¿Os imagináis a Toñito Patata con su canal de Tik Tok?

Yo prefiero a los de siempre. ¿Quiénes no conocen al gran Artemio, al Chancho, o el bueno de Delfín. Aun hoy estuve con él, y aunque sea difícil de explicar, ¿o no?, trabaja desde los 14 años, pero pocos cotizaron por él, con lo cual no le queda más remedio que, con sus casi 80 años, seguir subiendo a su bicicleta y hacer más de 30 kilómetros a diario para ganar unas perras.

Seguramente son muchos los entrañables que se me escapan, y por ello os agradecería me los presentéis, si es posible aportando fotografía. Mi mail ya lo sabéis [email protected] . También es posible que haya algún error en la identificación de personajes, aunque he intentado confirmarlo por varias fuentes alguno se puede trastocar; el tiempo transcurrido es mal enemigo.

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