REPORTAJE

Estos cromos son una ruina

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photo_camera Los sobres de la discordia, que traen cinco cromos cada uno.

Menos de dos meses para el Mundial y los cromos han vuelto a los quioscos. El problema, los precios para completar la colección se han disparado -hasta 800 euros- y los padres podrían plantearse ir a Rusia antes que financiar el proyecto. 

Si no eran pocas las adicciones con las nuevas tecnologías, la fiebre de los cromos entre los jóvenes de toda España también ha llegado a Ourense. En este caso de cara al Mundial de fútbol que arranca en junio. Es una cuenta atrás que está pasando factura a la cartera de muchos padres.

Los progenitores ourensanos deberían estar estos días con la mosca detrás de la oreja. Si a su hijo le entra el gusanillo de iniciar la colección de cromos de Panini ha de saber que no la va a acabar nunca. Eso, a no ser que estén dispuesto a dejarse un riñón por el camino.

Una compañía dedicada a la distribución de cromos está haciendo el agosto en plena primavera, a costa de que muchos padres tengan que rascarse el bolsillo más de la cuenta. A los ya de por sí poco económicos cromos de la temporada regular de fútbol, se ha unido en esta ocasión la colección de los "cracks" de las 32 selecciones que participarán en el próximo Mundial. Un matemático inglés llegó a calcular que el coste de completar la colección supondrá en esta ocasión el doble que la última Eurocopa, alrededor de 800 euros.


Cuenta atrás


Un producto muy de clases medias pero a precios de millonario. Esta copa arrancará el 14 de junio y las selecciones nacionales ni siquiera han hecho pública la convocatoria oficial. Aún así, Panini ya tiene sus propias convocatorias por adelantado. Todo sea con el objetivo de ponerse a recaudar cuanto antes.

La promoción inicial no es del todo rechazable. Por 4,50 euros, en los quioscos ourensanos se puede conseguir un apetecible álbum con cinco sobres de regalo (cada uno de ellos contiene a su vez cinco cromos no repetidos).

El problema llega después. Los quioscos consultados en la ciudad venden dichos sobre s a 0,90 euros, es decir, a caso 20 céntimos la unidad. La cuenta atrás está echada: 32 equipos y 682 cromos por conseguir. Hay cajas a la venta, eso sí, con hasta 50 sobres.

"Si hay suerte y ninguno se repite, el gasto puede andar por los más de 200 euros. El problema llega con los cromos repetidos, lo que puede provocar que el gasto se dispare por dos o tres veces más.", explica un vendedor

"La culpa es de los padres que lo permiten, no de los quioscos, que simplemente lo vendemos. Los chavales vienen y compran, es normal. Pero no entiendo cómo se lo permiten", comentaba ayer el quiosquero de un céntrico establecimiento. Reconoce que la compra está siendo bastante buena, y ni siquiera se lo explica.

La misma empresa, Panini, no contenta con el saqueo de los bolsillos a cuenta de esta competición, ha diversificado la producción. "Hay cromos de pegar y después fototarjetas, algo así como fichas", con su fichero coleccionable aparte. Estas denominadas "cards" son casi 500 y los precios más elevados. "La unidad a 1,50", advierte el vendedor.


Doblando la apuesta


Las ganas de recaudar disparan el ingenio de las compañías para esquilmar el bolsillo de los trabajadores. "Muchos niños no se conforman con una colección, quieren las dos. Insisto: no sé cómo lo permiten", afirma el propietario.

Un comprador de periódico se suma a la conversación y también se muestra atónito. "En mi época administrábamos bien las perras que nos daban. Yo gastaba en colecciones de castillos de la historia. Eso por lo menos era interesante, y no venía por modas", explica.

El abuso de los precios, casi un euros por cinco raquíticos cromos, causa impotencia en pobres rapaces ilusionados por completar una colección. Y frustración, porque para conseguir finalizarla, han de desembolsar la mitad de un salario mínimo en tiempo récord: poco más de un mes.

En las redes no son pocos los que tildan de "abusivo" el precio de los cromos en esta ocasión, a sabiendas de que a medida que acaba el curso los padres se prestan más a ceder ante las proclamas de sus pupilos como forma de incentivar los estudios. Eso sí, por si acaso, y para los que no les apetezca rascarse el bolsillo y quieran, por lo menos, matar el gusanillo, han sacado un coleccionable online. 

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