Jaime Fernández, vecino de Ourense de 92 años, conserva en su cabeza incontables anécdotas y también la marca de la persecución: tal fue el golpe que le propinaron por sus creencias religiosas que le daban por muerto.
El Liceo acogió ayer la presentación de su libro “Historia de un pueblo. Un pueblo con historia”. Con él colaboraron José Luis Fernández, colaborador de La Región, y Jaime Fernández, hijo del escritor. Su objetivo es reflejar la andadura de la iglesia evangélica de Ourense.
El 1 de noviembre cumple 50 años el templo ubicado en la rúa Bonhome, y, en mayo, este movimiento religioso alcanza un siglo de trayectoria en Ourense. Este libro marca el punto de partida de las celebraciones. “Si no escribimos las historias, se marchan con el que muere, cuando deben quedar para nuevas generaciones”, explica Fernández. La obra contiene alrededor de 300 fotografías que también revelan una historia de persecución. “En la capilla evangélica de Infesta (San Cibrao) colocaron varias bombas”, recuerda Fernández. Normalmente, los atacantes no eran tan sofisticados y se limitaban a tiar piedras. “A la primera familia de creyentes que llegó a Celanova, les pegaron un tiro. Por suerte, había poca luz y solo le dieron a la cabecera de la cama”, recuerda también, mientras pone en valor que “los evangelistas ourensanos siempre tuvieron mucha incidencia por toda España y Europa. Fundaron iglesias por todo el continente”.
