La mayoría llegan caducados pero el trapicheo ha crecido para eludir los duros controles en España

Los explosivos ilegales se pagan cinco veces por encima del valor en el mercado negro luso

Cien gramos de pólvora cuestan en fábrica unos cinco euros y otros tantos de Goma 2 Eco rondan los 150. Pero estos precios se multiplican por cinco sin son adquiridos en el mercado negro portugués, según los datos que manejan las fuerzas de seguridad españolas y lusas. La estricta normativa que está en vigor en España sobre la adquisición y utilización de este tipo de material, favorece el ’trapicheo’ en la frontera y la mayoría de la pólvora y dinamita que llega a la provincia está caducada, según la Guardia Civil.
Material explosivo como la pólvora, Goma 2 Eco, Galamonita, Gemulite y Amonix, entre otros, utilizados en las canteras o en movimientos de tierras cuestan hasta cinco veces más en el mercado negro de la ’raia’, según los datos que manejan las fuerzas de seguridad de un lado y otro de la frontera.

Un kilo de pólvora, uno de los más demandados, cuesta oficialmente en fábrica entre 50 y 60 euros. En el mercado ilegal puede llegar a los 300.

Lo mismo sucede con cien gramos de Gelamonita, muy utilizada para la pesca furtiva, y la Goma 2 Eco, que puede llegar hasta los 1.500 euros, según los datos que maneja la Guardia Civil.

El problema es que la normativa y los controles establecidos en España en materia de explosivos después del atentado del 11-M, favorecen el ’trapicheo’ en la frontera. La Guardia Civil advertía a mediados de semana, durante unas jornadas sobre seguridad ciudadana, de la utilización de material ilegal, fabricado en Portugal, en deflagraciones en las canteras de la provincia. Los agentes intervinieron en los últimos meses pólvora, detonadores y mecha lenta en varias explotaciones, el último decomiso en una cantera de Cenlle.

Los agentes tienen en el punto de mira el ’contrabando’ de explosivos y, según los datos que manejan, la mayoría de los que llegan a la provincia adquiridos de forma ilegal ’están caducados. Son un peligro porque pueden provocar un accidente’, apuntaron en el instituto armado. Esta misma opinión es compartida por la Guardia Nacional Republicana lusa, que en los últimos tres años decomisó más de ocho toneladas de material explosivo en canteras y negocios cercanos a la frontera con Ourense. La mayoría del material procede de una antigua fábrica, en Povoa de Lanhoso, a 50 kilómetros del municipio de Lobios, cuyos responsables los repartían sin control para evadir el pago de impuestos. Las instalaciones están cerradas en al actualidad, ’pero fueron muchos años de actividad empresarial y aún no está controlada toda la pólvora, dinamita y detonadores que repartieron. Están en manos de particulares y empresarios que aprovechan para revenderlos’, afirmaron en la GNR, recordando que la la normativa portuguesa también prohíbe la acumulación de explosivos en canteras. Los empresarios tienen que pedirlos en lugares autorizados.

Te puede interesar