Un infarto cerebral sufrido en diciembre pasado le dejó en delicado estado de salud

Falleció Jesús Silva, fundador de la Ciudad de los Muchachos

El padre Silva en una fotografía tomada en el verano de 2010. Detrás, el mítico Poliedro del circo. (Foto: JAINER BARROS)
El fundador de la Ciudad de los Muchachos, Jesús César Silva Méndez, falleció a mediodía de ayer en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, a consecuencia de un agravamiento de su salud, que había aconsejado su internamiento cuatro días antes.
Su estado era ya muy delicado desde el pasado mes de diciembre, cuando sufrió un infarto cerebral, que le mantuvo en cuidados intensivos en extrema gravedad durante semanas. Luego registró una leve recuperación que permitió trasladarle a la finca de Benposta a petición propia, donde recibía atención permanente, ya que estaba imposibilitado para moverse y también para hablar.

La noticia del fallecimiento del padre Silva trascendió enseguida el ámbito ourensano, propagándose por todo el mundo, pero fundamentalmente en América Latina, donde desarrolló una amplia labor expandiendo la idea de la Ciudad de los Muchachos, sobre todo en Venezuela y Colombia. Precisamente de este país llegó ayer la primera corona de flores.

La capilla ardiente con los restos mortales de Jesús César Silva quedó instalada en Benposta, donde fue velado a lo largo de la tarde, y donde permanecerá hasta las doce de la mañana de hoy, sábado, hora en que tendrá lugar un funeral en la capilla -en principio- de la finca ubicada en Seixalbo, en el que se prevé una nutrida participación de sacerdotes. Posteriormente, sus restos serán trasladados para ser incinerados. Según fuentes cercanas a la familia, atendiendo la voluntad del fallecido, las cenizas serán repartidas por todos los complejos de Benposta repartidos por el mundo.


AMPLIA TRAYECTORIA

Jesús Silva nació en Ourense el 25 de enero de 1933. Estudió en el seminario de Ourense y en Comillas, siendo ordenado sacerdote en marzo de 1957. Un año antes fundó la Ciudad de los Muchachos en un local de la calle de A Barreira, donde comenzó a prestar atención a niños sin medios. La iniciativa fue creciendo y se estableció en Progreso, al lado de la vieja cárcel en un inmueble propiedad de su familia. El crecimiento imparable llevó a buscar una nueva sede, que se estableció en la finca Benposta.

Mediada la década de los sesenta, el padre Silva logró cristalizar la idea de una escuela de circo, alumbrando el Circo de los Muchachos, que formó a centenares de niños y adolescentes convirtiéndoles en artistas. Constituyó también una fuente de financiación, además de un gran escaparate para la labor de la Ciudad de los Muchachos desde Ourense y en otros puntos. El circo recorrió prácticamente todo el mundo, consolidando la pionera idea. No fue la única, desde luego, pero sí la iniciativa más vistosa de las llevadas a cabo.

Paralelamente, en Benposta se creó un centro de enseñanza y escuelas de formación práctica, algo parecido a la FP, que utilizaba talleres de cerrajería, carpintería, alfarería, o panadería, entre otras, así como la gasolinera, para facilitar el acceso de los jóvenes a distintos oficios y profesiones que carecían de medios en sus familias. Estos centros tenían la peculiaridad de que adaptaban su funcionamiento a la disponibilidad horaria de los internos.

Benposta se convirtió así en un ente de funcionamiento autogestionario, cuyo objetivo era la enseñanza en valores, poniendo la experiencia a disposición de los muchachos. Así, disponían de alcalde y dirigentes propios o moneda exclusiva (coronas).

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