Restricciones en Ourense

Ourense vuelve a vivir la noche: bum en la hostelería tras el fin del estado de alarma

El adelanto al sábado de la ampliación de horario del sector dejo un reguero de llamadas de reservas en los locales de la ciudad

Los ourensanos ya son un poco más libres desde ayer. El adiós al toque de queda seis meses y 10 días después, la apertura de la movilidad y la ampliación de horarios en bares y restaurantes devolvieron ayer el colorido a las calles de la ciudad y la ilusión a la hostelería, que en los últimos días ya ha vivido un bum de llamadas y de reservas. 
Los bares y taperías abrieron ayer hasta las 23,00 horas y los restaurantes hasta las 01,00 de esta pasada madrugada. Las calles del casco antiguo a las diez y media de la noche estaban a reventar. Los ourensanos vivieron su primera noche sin toque de queda –salvo en Laza y Cualedro, los dos únicos concellos en máximas restricciones– y la ciudad lo notó.

Esta desescalada suena diferente a todas las anteriores. Uno de cada cinco ourensanos ya está vacunado y el optimismo, aunque con prudencia, es la tónica general entre los hosteleros, que en la noche de ayer vivieron las buenas expectativas.

Ambiente de lujo

En la primera noche de fin del estado de alarma, el ambiente invitaba al optimismo. Los hosteleros mostraban ya horas antes su confianza, tras meses muy duros. "La gente sale a las ocho de trabajar y no tenía tiempo a venir, para estar solo hasta las nueve. La gente nos estuvo llamando un montón todo este tiempo, pensando que éramos restaurante, pero al ser tapería y solo abrir hasta las nueve no podíamos atenderlos. Ahora, con dos horas más, hay muy buenas expectativas, todo es diferente", confesaba Leonardo Díaz, responsable de A Nosa Taberna, en pleno Casco Vello. 

En el Pazo de Canedo, a las afueras de la ciudad, también notaron "un poco más de reservas para este fin de semana". Sin el toque de queda, notaron que los clientes "no tienen tanta prisa para volver a casa y se están animando mucho las reservas", señalaban desde la gerencia.

Más reservas que antes

En la rúa Lepanto del Casco Vello, una de las más concurridas en la noche de ayer, tildaban de bum las llamadas de las últimas horas. Juan Carrasquel, responsable de la tapería El ingeniero, considera  "muy buena noticia" la ampliación hasta las once, pero deseó que "muy pronto" se amplíe hasta la una como los restaurantes. 

A Abelardo Álvarez, de O Comellón, en la misma calle, se le acumulaban las reservas, "ata de unha familia de Ferrol, que chamou nada máis saber que se abría ata as once". Calificó de "gran empuxón" estas nuevas medidas. "Hai moitas chamadas, nótase a demanda, tamén para próximos días". Las limitaciones de grupos siguen fastidiando, "pero cómpre non facer o tonto e que avance a vacina", resaltó, en una llamada a la precaución.

En Casa Parrocha, se preparaban a mediodía para el "bum". "Daban lluvia, pero el tiempo acompañó", decía David Bouza: "Los sábados a mediodía estaban funcionando, pero ahora la noche va a ser top". 

Enrique Fidalgo, de O Frade, en la rúa dos Fornos, que abrió hace apenas dos semanas, también desea que la vacunación siga adelante "y la cosa no vaya a más". Mostraba su contrariedad por la diversidad de horario entre taperías y restaurante, temiendo que pudiera haber luego concentraciones en la calle. "Nosotros cerramos a las once, lo que luego haga la gente... Es absurdo diferenciar. Todos los días nos llaman pensando que somos restaurantes". 

Enfrente, Marta González, de O Acubillo, incluso busca ya camarero: "Las expectativas son buenas, Los Vinos son de tapas de toda la vida. La gente va a venir". Queda pendiente lo que diga el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, a quien la Xunta perdirá el lunes la aprobación de medidas.  

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