La reciente coronación de Valentín González Formoso como secretario xeral del PSdeG en un cónclave del que salió también una ejecutiva que confirma el cambio de ciclo tras los cuatro años con Gonzalo Caballero al frente del partido permite pensar ya en los próximos procesos orgánicos que afrontarán los socialistas, que tal y como mandan sus estatutos, deberán renovar ahora las estructuras provinciales y locales.
Ante este nuevo pulso que se avecina, los afines a Formoso se ven fortalecidos para afrontarlo, a la espera de que se confirme el calendario por el que se regirán estos procesos, momento en que la actual ejecutiva decidirá cuando se celebrarían unas hipotéticas primarias siempre y cuando hubiese más de un candidato al puesto de secretario xeral, desde 2017 ocupado por Rafael Rodríguez Villarino.
El actual líder del partido a nivel provincial asegura, no obstante, que todavía no ha decidido si optará a la reelección, pese a que en el resto de la formación (afines y críticos) se da por descontado. “Aún no lo sé”, explica el portavoz socialista en Concello de Ourense y Diputación, que en la batalla autonómica se posicionó con Gonzalo Caballero, por lo que habrá que ver cómo se presenta su relación ahora con la dirección gallega y si esta decide promover una candidatura alternativa, aunque no son pocos, en todos los bandos, los que piensan que Villarino tiene muchas papeletas para revalidar el puesto llegado el momento.
Entre los miembros de la nueva ejecutiva nacional, hay nueve representantes ourensanos, la mayoría que apoyaron a Formoso en las primarias pero también otros que han sido integrados como un gesto de querer coser el partido. Uno de ellos, el alcalde de Entrimo, Ramón Alonso, reconoce que “non me esperaba para nada” la propuesta, que enmarca en la normalidad: “Non hai feridos nin bandos, participamos nas primarias e unha vez que se saben os resultados, é o secretario xeral de todos. Estou encantado”.
Mientras, entre los nombres más llamativos están los de Marga Martín y Áurea Soto, piezas clave del gobierno bipartito de la ciudad liderado por Francisco Rodríguez y cuya aventura acabó tronzada por procedimientos judiciales que finalmente terminaron en nada condenable, pero sí con un daño irreparable personal y político para ellas. Para ambas, este cambio de ciclo “fai que Ourense saia reforzado e cunha inxección de enerxía para recuperar a ilusión de militancia”, según Marga Martín, que espera ya el próximo proceso de primarias: “No PSOE estamos orgullosos disto pese a que poida parecer que hai desunión”.
En la misma línea, y recordando las críticas de varios sectores del partido en la ciudad por la prolongación en el tiempo de una gestora, Áurea Soto vivió el proceso autonómico “como un saneamiento porque no somos como el PP o el BNG, nosotros nos basamos en el apoyo de la militancia”.
Muchos achacan el regreso a primera línea de Martín y Soto a la influencia de la viceportavoz en el Concello, Natalia González, una de las caras más visibles del apoyo a Formoso durante la campaña. Ella se limita a destacar la elección por parte del secretario xeral “de personas de valía y peso político, con una ciudad y provincia muy bien representada”. En vísperas de nuevos procesos orgánicos, espera que “se presenten cuantos más mejor porque lo que importa es que haya proyectos de futuro”, lanzando también un mensaje cuando se le pregunta por la integración y coser el partido: “Hay que contar con todo el mundo, pero cada uno tiene que saber qué lugar ocupar en cada momento”.
También ha salido reforzada de la renovación a nivel gallego la exdiputada Noela Blanco, a la que Formoso ha sumado a su ejecutiva. “Pediumo e aceptei”, afirma sin desvelar si, como sucedió en 2017, dará el paso para liderar el partido en la provincia ourensana: “Cando pase o río, cruzaremos esa ponte”. Es cuestión de tiempo, no obstante, que todos acaben deshojando sus margaritas. En el PSOE quedan todavía meses intensos.
