Las corporaciones de ambos municipios aprobaron solicitar al Gobierno central la declaración de zona catastrófica

El fuego causó pérdidas millonarias en viñas y castaños de Cualedro y Monterrei

El incendio que más medios movilizó, incluidas brigadas, ayer fue el de Paderne de Allariz. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Las corporaciones municipales de Cualedro e Monterrei aprobaron ayer por unanimidad solicitar al Gobierno central la declaración de zona catastrófica las parroquias afectadas por los tres incendios que la pasada semana calcinaron 2.175 hectáreas, de las que 545 tiene catalogación agrícola y 1.630 son forestales. Las pérdidas más importantes se produjeron en viñedos, castaños centenarios y fincas plantadas con maíz.
'Es importante conseguir esta declaración para lograr ayudas y subvenciones para los vecinos afectados', resaltaba el alcalde en funciones del Concello Cualedro, José Quintairos, que ayer presidió la sesión extraordinaria ante la ausencia (por vacaciones en Italia) del regidor Luciano Rivero Cuquejo. 'Ahora toca esperar', pedía Quintairos a sus convecinos.

Las llamas, que afectaron casi al 50% a cada municipio, 'cogieron algo de todo: castaños centenarios, robles, frutales, viñedos, maizales y pastizales', resumía Quintairos. En el caso de Monterrei, el alcalde, José Luis Suárez enfatizaba a su vez las pérdidas ocasionadas a los productores de castaños y viñedos del municipio. 'Hai parcelas dos veciños para o autoconsumo, pero tamén productores de castañas e dous ou tres fincas pertencentes ás adegas da denominación de orixen Monterrei', reconocía Suárez.

CASTAÑOS Y VIÑEDOS

Una de ellas es la bodega Crego e Monaguillo, que como consecuencia de los incendios ha visto seriamente afectados dos viñedos que suman 1,6 hectáreas. 'Non foi tanto polas chamas, senón polas altas temperaturas que se concentraron na zona', reconocía la portavoz de la bodega Asunción Rodríguez, que explicaba que este hecho ha provocado la pérdida de la producción vitivinícola en esas fincas este año. 'Xa actuamos sobre a uva, cortamos y abonamos para recuperar as cepas para o ano que ven, polo que aínda é cedo para medir as consecuencias', dijo Rodríguez.

Una vez enviada la petición, el Gobierno central dirimirá si procede o no la declaración de zona catastrófica y la aprobación de ayudas en función de la valoración de Medio Rural. Según explicaban los regidores, las ayudas podrían abarcar desde ayudas directas hasta exenciones fiscales. 'Temos expectativas de que se aprobe', apuntaba Suárez que recordó como hace unos años vivió una experiencia similiar con el desbordamiento del río Búbal a su paso por Vilaza y su posterior declaración como zona catastrófica.

Hasta 14 aeronaves para atajar un fuego declarado en Paderne
La provincia vivió por segundo día consecutivo esta semana una jornada relativamente tranquila después de la imparable oleada incendiaria de la anterior, aunque proliferaron pequeños incendios. El más importante se produjo en Paderne de Allariz, en la parroquia de Figueiredo. La densa humareda negra que provocó ese fuego era perceptible incluso desde la ciudad. Las llamas prendieron a las 15,43 y no se dio por controlado hasta las 18,10 horas. En las labores de extinción participaron dos agentes, 10 brigadas, cuatro motobombas, cinco helicópteros y nueve aviones. Entre estos último, dos aviones anfibios con base en Lavacolla con 5.500 litro de capacidad. El Ministerio de Agricultura también movilizó a la Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF) de Laza.
Otro de los incendios que movilizó más medios, sobre todo aéreos, fue el que comenzó a las 17,57 horas en Cea, en los montes de Vales -una zona muy castigada por el fuego- y que a última hora de la tarde aún continuaba activo. Trabajaban sobre el terreno tres agentes, ocho brigadas, cuatro motobombas, cuatro helicópteros y tres aviones. Por último, también participaron en las labores de extinción seis aeronaves en el incendio que se inició a las 13.55 horas en Betán, en Baños de Molgas.
Otros fuegos se expandieron desde la cuneta de la carretera que une Ourense y Trives, antigua N- 120, y uno más en la sierra Martiñá. El primero comenzó en Vilariño Frío (Montederramo).

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