Gloria, la vecina de Ourense que lleva un año sin poder salir de su casa

Gloria García, quien ahora vive atrapada en su edificio sin ascensor, antes de tener problemas de movilidad.
photo_camera Gloria García, quien ahora vive atrapada en su edificio sin ascensor, antes de tener problemas de movilidad.
Gloria García lleva meses sin salir de su casa en Ourense porque no tiene ascensor. Aunque se pidió varias veces, parece no haber solución por parte de su comunidad. Por tanto, solo puede resignarse

A Gloria García le es ajeno el día a día en la calle Saturno, en el barrio de Covadonga, pese a que lleva meses residiendo allí. Los jabalíes que tienen a los vecinos en pie de guerra y los constantes paseos de la policía para frenar el consumo de drogas, son invisibles para esta mujer que no puede salir de su casa desde hace un año.

Su edificio tiene tres plantas y Gloria habita en la más alta. Las escaleras, angostas, son la única opción para salir del inmueble, dado que no cuenta con ascensor. Ella padece problemas de movilidad que se suman a su edad, 83 años. Su condición le impide salir de su casa, en la que vive sola, sin ayuda.

“No puedo caminar y mi edificio nunca tuvo ascensor y los vecinos no tienen intención de ponerlo”, explica. Cuando en alguna ocasión tuvo que ir al médico, sus familiares la llevaron agarrada, poco a poco, por las escaleras. Sin embargo, cuando está sola apenas alcanza a abrir la puerta. “Me tienen que sujetar para no caerme”, indica. 

Gloria apunta que no es la única que sufre este aislamiento a causa de la falta de ascensor. La mayoría de los edificios que hay a su alrededor presenta las mismas condiciones: “En el barrio hay más gente mayor o con problemas de movilidad que tampoco puede salir de casa sin ayuda. Está todo muy envejecido y no se construyen ascensores”, dice. 

“No deben instalarlos porque son muy caros”, opina. Además, tampoco cuenta con una silla salvaescaleras, que se instala en el pasamanos y baja sin obligar al usuario a caminar: “Hace tiempo se habían interesado por ello, pero al final no nos trajeron nada”. 

Así, encerrada en lo más alto, pasa Gloria sus días. Por suerte, una de sus cinco hijos la visita de forma frecuente y le ayuda en lo necesario. “Está pendiente constantemente, pero al final estoy sola en el día a día y no siempre tengo quien me haga las cosas”, afirma. 

Esta mujer apenas mantiene la esperanza de que construyan un ascensor en su edificio, cree que nadie invertiría en una reforma tal, por tanto, asume la forma de vida a la que se tuvo que acostumbrar. En casa, siempre entre las mismas cuatro paredes.

En la avenida de Zamora: "Sufrimos al ir al súper"

La avenida de Zamora es también una zona que adolece la falta de ascensores. “La gente de esta zona está envejecida y otros como yo tenemos problemas de salud. Sufrimos cada vez que vamos al súper”, señala Mari Carmen Alonso, vecina. 

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