El inglés es idioma de uso habitual en la planta de T-Solar, en el Parque Tecnológico. Es la lengua común para el equipo de 36 tecnólogos llegados de Europa, América y Asia, que permanecerá al menos cinco años en la planta, supervisando su innovador sistema productivo.
Españoles, franceses, ingleses, irlandeses, italianos, indios chinos o coreanos. Son algunas de las nacionalidades de los trabajadores que, sea con carácter permanente o puntual, conviven en la planta de T-Solar en el Parque Tecnológico. Trabajan a todo ritmo para iniciar, este mismo mes, la producción en serie de paneles solares de silicio de capa fina con tecnología de última generación (de hecho, la factoría ourensana es la primera promovida en el mundo con estas técnicas, aunque ahora se están creando otras similares).
Para el desarrollo tecnológico, T-Solar ha contratado a la multinacional Applied Materials, firma que ha establecido en Ourense a 36 personas de múltiples nacionalidades, todos con altas cualificaciones (fundamentalmente ingeniería o física). De ellos, 16 son españoles y han sido formados en los países de procedencia de las máquinas (Japón, Canadá, Alemania o República Checa). Este grupo estará en Ourense al menos cinco años. Y, además del equipo permanente, Applied Materials ha destinado en Ourense a otros especialistas por periodos puntuales, para encargarse de tareas concretas en la puesta en marcha. Estas compañías mundiales son muy dinámicas, con personal dispuesto a viajar constantemente por todo el mundo, explica César Alberte, director de la fábrica. Ante tal mezcla de nacionalidades (y aunque los de cada país hablen entre sí en su lengua), el inglés es el idioma habitual en este equipo, cuyos integrantes destacan la compenetración que distingue su trabajo diario. Para ellos, es un reto poner en marcha desde la nada de una factoría tan puntera. Y, en el lado humano, los extranjeros de la planta destacan la buena acogida que les ha dado Ourense. Su principal problema ha sido el idioma, aunque agradecen la disposición de los ourensanos para ayudarles. Además, muchos han elegido Allariz para vivir (pocos han optado por la ciudad), porque entre ellos se fue corriendo la voz de la belleza del pueblo, en el que afirman estar como en casa.
ASÍ VALORAN SU EXPERIENCIA
Aquí está el negocio
Bruno Bacconnier, francés, coordina el grupo de Applied Materials en la factoría. Tras una amplia trayectoria en esta firma que le ha llevado por Italia, Alemania, EE.UU. o Singapur, entre otros, este ingeniero de materiales vino a Ourense porque aquí está el negocio, expresa en su incipiente español, en referencia al potencial que tiene el sector solar en España. Él llegó en enero y su familia en abril, aunque sus dos hijos, de 12 y 14 años, están acostumbrados a cambiar de país. Incluso ya conoce algunas palabras en gallego: Graciñas.
Un buen equipo
Nicolás Barrois también es francés y llegó a T-Solar hace ocho meses, porque hay muchas oportunidades. No sabía castellano, pero ahora ya comienza a hablarlo. De esta experiencia valora que estoy aprendiendo mucho, porque es un trabajo diferente al que había hecho antes, y la buena relación con sus compañeros: Hacemos un buen equipo, indica. También le ha gustado Ourense, que define como muy acogedor. Permanecerá en la planta el tiempo preciso para la puesta en marcha y luego se trasladará a donde requiera la empresa.
Una experiencia única
El italiano Pier Luigi Lomenzo define su paso por T-Solar como una experiencia única. Lo que más valora es que hay mucha gente de lugares muy diferentes y diversas culturas, y trabajamos muy bien juntos, según explica. Este ingeniero mecánico forma parte del grupo permanente en la planta y se estableció junto a su familia en Allariz, un lugar fantástico para vivir, agradable, muy tranquilo. Para él, la integración ha sido más fácil, porque al ser italiano, el idioma se entiende mejor. Pero la gente siempre está muy dispuesta a ayudar.
Somos pioneros en esto
Fernando Díaz de Brito es catalán, aunque nació en EE.UU., donde también cursó la carrera. Trabaja desde hace 18 años en Applied Materials y en un traslado de la empresa a Tailandia conoció a su mujer. Quería volver a Barcelona y surgió el proyecto de Ourense: Me he sentido en mi casa desde el principio, afirma. Su temor era que sus hijos (de 9 y 12 años, que no hablaban español) tuviesen problemas en el colegio, pero sólo se quejan de que les hacen comer todo. Su contrato es de cinco años -por mí, más-, pues la experiencia es fabulosa, aunque dura, pero somos pioneros haciendo esto.
Intercambio cultural
Prithviraj Daniel es de India y vino a T-Solar por dos semanas, como apoyo al equipo de puesta a punto del software, pero ya lleva dos meses. Al principio notaba el cambio cultural y, sobre todo, la comida que es muy diferente, pero ya me estoy acostumbrando. Destaca, además, la amabilidad de la gente. En el tiempo que lleva en Ourense ha tenido la oportunidad de visitar Galicia y, según indica, lo que más le ha gustado ha sido Santiago, las islas Cíes y el Cañón del Sil. Cuando acabe su trabajo aquí, regresará a la India, pero siempre está disponible para trasladarse a otras factorías.
Practicar español
Ernst Cheung nació en Estados Unidos, si bien sus padres son de Japón. Este ingeniero químico lleva nueve años trabajando para Applied Materials y ya ha estado en Taiwan, China o Corea, aunque decidió aprovechar la oportunidad de venir a Ourense para practicar español, bromea. En T-Solar estará unos meses, según cómo funcionen los procesos de los que se encarga. No ha notado grandes diferencias en Ourense, salvo la comida. Aunque trabajan mucho, también aprovechan el tiempo que pueden para salir, si bien ahora están concentrados en la puesta a punto para el inicio de actividad.
Para el desarrollo tecnológico, T-Solar ha contratado a la multinacional Applied Materials, firma que ha establecido en Ourense a 36 personas de múltiples nacionalidades, todos con altas cualificaciones (fundamentalmente ingeniería o física). De ellos, 16 son españoles y han sido formados en los países de procedencia de las máquinas (Japón, Canadá, Alemania o República Checa). Este grupo estará en Ourense al menos cinco años. Y, además del equipo permanente, Applied Materials ha destinado en Ourense a otros especialistas por periodos puntuales, para encargarse de tareas concretas en la puesta en marcha. Estas compañías mundiales son muy dinámicas, con personal dispuesto a viajar constantemente por todo el mundo, explica César Alberte, director de la fábrica. Ante tal mezcla de nacionalidades (y aunque los de cada país hablen entre sí en su lengua), el inglés es el idioma habitual en este equipo, cuyos integrantes destacan la compenetración que distingue su trabajo diario. Para ellos, es un reto poner en marcha desde la nada de una factoría tan puntera. Y, en el lado humano, los extranjeros de la planta destacan la buena acogida que les ha dado Ourense. Su principal problema ha sido el idioma, aunque agradecen la disposición de los ourensanos para ayudarles. Además, muchos han elegido Allariz para vivir (pocos han optado por la ciudad), porque entre ellos se fue corriendo la voz de la belleza del pueblo, en el que afirman estar como en casa.
ASÍ VALORAN SU EXPERIENCIA
Aquí está el negocio
Bruno Bacconnier, francés, coordina el grupo de Applied Materials en la factoría. Tras una amplia trayectoria en esta firma que le ha llevado por Italia, Alemania, EE.UU. o Singapur, entre otros, este ingeniero de materiales vino a Ourense porque aquí está el negocio, expresa en su incipiente español, en referencia al potencial que tiene el sector solar en España. Él llegó en enero y su familia en abril, aunque sus dos hijos, de 12 y 14 años, están acostumbrados a cambiar de país. Incluso ya conoce algunas palabras en gallego: Graciñas.
Un buen equipo
Nicolás Barrois también es francés y llegó a T-Solar hace ocho meses, porque hay muchas oportunidades. No sabía castellano, pero ahora ya comienza a hablarlo. De esta experiencia valora que estoy aprendiendo mucho, porque es un trabajo diferente al que había hecho antes, y la buena relación con sus compañeros: Hacemos un buen equipo, indica. También le ha gustado Ourense, que define como muy acogedor. Permanecerá en la planta el tiempo preciso para la puesta en marcha y luego se trasladará a donde requiera la empresa.
Una experiencia única
El italiano Pier Luigi Lomenzo define su paso por T-Solar como una experiencia única. Lo que más valora es que hay mucha gente de lugares muy diferentes y diversas culturas, y trabajamos muy bien juntos, según explica. Este ingeniero mecánico forma parte del grupo permanente en la planta y se estableció junto a su familia en Allariz, un lugar fantástico para vivir, agradable, muy tranquilo. Para él, la integración ha sido más fácil, porque al ser italiano, el idioma se entiende mejor. Pero la gente siempre está muy dispuesta a ayudar.
Somos pioneros en esto
Fernando Díaz de Brito es catalán, aunque nació en EE.UU., donde también cursó la carrera. Trabaja desde hace 18 años en Applied Materials y en un traslado de la empresa a Tailandia conoció a su mujer. Quería volver a Barcelona y surgió el proyecto de Ourense: Me he sentido en mi casa desde el principio, afirma. Su temor era que sus hijos (de 9 y 12 años, que no hablaban español) tuviesen problemas en el colegio, pero sólo se quejan de que les hacen comer todo. Su contrato es de cinco años -por mí, más-, pues la experiencia es fabulosa, aunque dura, pero somos pioneros haciendo esto.
Intercambio cultural
Prithviraj Daniel es de India y vino a T-Solar por dos semanas, como apoyo al equipo de puesta a punto del software, pero ya lleva dos meses. Al principio notaba el cambio cultural y, sobre todo, la comida que es muy diferente, pero ya me estoy acostumbrando. Destaca, además, la amabilidad de la gente. En el tiempo que lleva en Ourense ha tenido la oportunidad de visitar Galicia y, según indica, lo que más le ha gustado ha sido Santiago, las islas Cíes y el Cañón del Sil. Cuando acabe su trabajo aquí, regresará a la India, pero siempre está disponible para trasladarse a otras factorías.
Practicar español
Ernst Cheung nació en Estados Unidos, si bien sus padres son de Japón. Este ingeniero químico lleva nueve años trabajando para Applied Materials y ya ha estado en Taiwan, China o Corea, aunque decidió aprovechar la oportunidad de venir a Ourense para practicar español, bromea. En T-Solar estará unos meses, según cómo funcionen los procesos de los que se encarga. No ha notado grandes diferencias en Ourense, salvo la comida. Aunque trabajan mucho, también aprovechan el tiempo que pueden para salir, si bien ahora están concentrados en la puesta a punto para el inicio de actividad.
