La Policía encontró la escopeta con la que le disparó al rastrear el cauce del río Avia

El homicida de la brasileña confiesa ahora que la mató durante una discusión por 400 euros

El vecino de Riobóo (Cenlle) que confesó haber matado a la brasileña María do Socorro Dasilva asegura ahora que le pegó dos tiros con su escopeta durante una discusión por 400 euros. La Policía encontró ayer el arma en el río Avia.
Tres versiones distintas ofreció el vecino de Riobóo (Cenlle), Ramón Fernández Álvarez, de 48 años, desde que fue detenido, el pasado 25 de febrero, sobre los motivos que lo llevaron a matar a la joven brasileña María do Socorro Dasilva.

Primero aseguró que la golpeó con el puño en la nuca cuando se agachó a coger su cartera durante una discusión por 80 euros, que era lo que le reclamaba la joven por sus servicios sexuales. Días más tarde, habló de una discusión de dinero, 150 euros, para la compra de un ordenador y, ahora, Ramón Fernández confesó, durante el registro que la Policía Nacional realizó el pasado martes en su vivienda, que le pegó dos tiros con su escopeta de caza durante una discusión por 400 euros. La joven solicitaba esa cantidad por sus servicios y Ramón Fernández pedía una rebaja alegando que era cliente habitual.

El inculpado confesó que se citó por teléfono sobre las 19.30 horas del pasado 10 de febrero con María do Socorro Dasilva en la ciudad y, tras recogerla, la trasladó a su casa de Riobóo y mantuvo relación sexual en la habitación conyugal.

Su esposa estaba trabajando a esa hora, igual que su hijo, y en el inmueble no había nadie. Madre e hijo no llegaban a casa hasta las 23.00 horas y la pareja, según declaró ahora Ramón Fernández a la Policía, se tomó su tiempo y, al levantarse, accedió a la bodega para probar el aguardiente de la cosecha del año pasado.

En la bodega la joven le solicitó que le abonara 400 euros euros por sus servicios y comenzaron a discutir y amenazarse, ‘momento en que agarró la escopeta y le dio dos disparos, en la cabeza y el pecho’, aseguraron fuentes policiales.

Rastreo del río Avia

Después, Ramón Fernández, envolvió el cadáver en un plástico, lo ató con cinta aislante y lo introdujo en el maletero del coche. Antes de desplazarse a Pazos de Arenteiro, donde arrojó el cuerpo de la joven al río Avia, limpió toda la sangre que había en la bodega y ordenó la vivienda para que cuando llegara su familia no sospechara nada.

Ramón Fernández, que hasta que no fue registrada el inmueble negaba que hubiera disparado a la joven, confesó el pasado martes que la escopeta la había arrojado junto con el cadáver de María do Socorro Dasilva al río Avia.

La Policía Nacional comenzó sobre las cinco de la tarde de ayer a rastrear el río Avia para encontrar el arma, que apareció a los 30 minutos de la búsqueda, en el lugar en que el presunto agresor aseguró haberla tirado, bajo el puente romano de Pazos de Arenteiro. Los agentes hallaron primero 20 cartuchos y después el arma, que, para sorpresa de los investigadores, resultó ser una escopeta de caza con los cañones recortados. El arma será analizada en un laboratorio para comprobar que fue con la que se realizaron los disparos y si pudo ser manejada por otra persona. Los agentes recogieron la ropa que llevaba puesta el 10 de febrero Ramón Fernández para realizar la prueba de la parafina.

El sumario está siendo instruido por la Ley del Jurado por un presunto delito de asesinato con Ramón Fernández Álvarez como único imputado. Las diligencias previas pasarán al Juzgado de Ribadavia.

En el tanatorio

El cadáver de María do Socorro Dasilva, de 26 años, lo encontraron buzos de la Guardia Civil el pasado 25 de febrero en la presa de Cabanelas, en el cauce del río Avia, a cuatro kilómetros del lugar en que apareció la escopeta. Tras realizarle la autopsia en el Complexo Hospitalario de Ourense, fue enviado a un tanatorio, en el que continúa a la espera de ser repatriado a Brasil, donde reside su hija de 8 años y toda su fami lia que, según fuentes de la investigación, carecen de medios económicos para sufragar los gastos del traslado e incluso para pagar un abogado y personarse como acusación en el caso.

La Comisaría dio a conocer las circunstancias del fallecimiento de la joven al Consulado de Brasil para que, junto con la Administración española, iniciara los trámites de repatriación del cadáver pero las gestiones aún no dieron fruto.

La joven llegó a Ourense el pasado 31 de diciembre después de conocer a un vecino de la ciudad a través de internet. El pasado 14 de enero presentó una denuncia por malos tratos y dos días más tarde se iba a vivir con una compañera, que fue la que denunció su desaparición el pasado 10 de febrero después de que se citará por teléfono con el vecino de Riobóo.


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