Las fuerzas de seguridad pusieron a veinte personas delante de los jueces para responder por un delito de incendio forestal. La mayoría no fueron detenidos, simplemente se les investigó y, tras prestar declaración
Los métodos empleados por los incendiarios se sofistican cada vez más para ganar tiempo y poder escapar sin dejar huellas y ser vistos a la hora de plantar fuego en los montes de la provincia. Al menos, con esta hipótesis trabajan las fuerzas de seguridad (Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía, Agentes Forestales y Medioambientales y Policía Autonómica), que en la actualidad analizan 11 artefactos incendiarios hallados en terrenos ardidos en los últimos tres meses.
El último artilugio, una mecha de 75 centímetros colocada sobre una losa de piedra, lo encontraron hace dos días agentes forestales y medioambientales en la Serra de San Mamede. Según explicaban ayer en Aprofaga (Asociación Profesional de Agentes Medioambientales) en la zona en que fue encontrado el dispositivo se originaron durante este verano varios fuegos, que aún están bajo investigación.
Material carbonizado
Sobre la mesa de los investigadores, hay pastillas para encender barbacoas, cerillas, velas de cera, pelotas de goma e incluso latas en las que se almacenó combustible. Ahora bien, una parte de este material está carbonizado y no sirve para esclarecer las causas del incendio. Sin embargo, hay otro, caso de varias velas halladas en un monte de Padrenda, las cerillas envueltas en trozos de papel localizadas en una finca de O Couto (Ourense), la mecha con un tornillo encontrada en Xinzo, un trozo de tela con fósforos colocados Vilardevós y una mecha envuelta en hojas en Boborás, que pueden aportar datos sobre el origen del fuego y la identificación de su autor.
Los artefactos están siendo analizados con lupa, incluso en laboratorios especializados de las fuerzas de seguridad (Guardia Civil y Policía Nacional) a la búsqueda de huellas y datos que puedan identificar a las personas que los manejaron o confeccionaron. Según pudo saber este periódico, incluso se buscan datos en casas comerciales o locales industriales, cuyo anagrama figuran en parte de los materiales que integran el dispositivo incendiario.
La Conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, sostiene que la gran mayoría de los incendios registrados durante este verano en Galicia, pero, sobre todo, en la provincia de Ourense, fueron intencionados.
El mismo argumento lo esgrime tanto la Policía Autonómica como en la Guardia Civil, que en la actualidad, según pudo saber este periódico, siguen la pista a 16 ourensanos ante la sospecha de que pudieron causar alguno o varios de los incendios registrados en los últimos tres meses. En la actualidad, un total de 300 fuegos están siendo objeto de investigación desde que comenzó 2016. La mayor parte de estos incendios se registraron en Oímbra, Monterrei, Cualedro, Avión, Boborás, Cartelle, A Merca, Verín, Vilardevós, Laza, A Mezquita, Entrimo, Muíños, O Barco y A Veiga.
Detenciones
Los investigadores no detienen a los fichados al carecer de pruebas contundentes para ponerlos a disposición de la Justicia y están a la espera de conocer los resultados definitivos de los artefactos incendiarios localizados. Lo primero que harán serán cruzar la información con los datos que tienen de estas 16 personas. En caso de que el resultado sea positivo, entonces procederían a su arresto como presuntos autores de un delito de incendio.
20 investigados por fuegos este año en la provincia
Las fuerzas de seguridad pusieron a 20 personas delante de los jueces para responder por un delito de incendio forestal. La mayoría no fueron detenidos, simplemente se les investigó y, tras prestar declaración, quedaron en libertad con cargos. Los tres arrestos más recientes se han practicado en O Ribeiro y en Maceda. En este último, los agentes medioambientales sorprendieron a un vecino, al que llegaron a grabar en vídeo plantando fuego, en un monte. Le acusan de 15 incendios, pero quedó en libertad con cargos.
