LLEGADA DE LA ALTA VELOCIDAD

Los incumplimientos de los plazos del AVE ya se detectaron en el 2015

photo_camera Los problemas sobrevenidos en el tubo izquierdo de Bolaños se resolvieron en semanas. Otros, en cambio, estuvieron bloqueados meses.

Las tensiones entre el Adif y las adjudicatarias y la lentitud en algunas tramitaciones acumularon una demora de casi dos años

Los viajeros que vuelven a casa por Navidad tendrían que llegar en poco más de tres horas y media desde Madrid a la estación de Empalme. Pero 2016 no fue el año que se esperaba para las obras de la alta velocidad gallega y lejos de mantener un ritmo adecuado, implicó la acumulación de retrasos que ya se venían fraguando desde los últimos meses del año anterior.

Mientras en 2015 raro era el mes en el que no se anunciaba un avance significativo, como el final de la excavación de un nuevo túnel entre Taboadela y

Lubián, o la adjudicación de labores que auguraban una rápida finalización del tramo entre Zamora y Pedralba, como la fabricación e instalación del balasto, las traviesas y los carriles que supondrían que el tren llegaría finalmente a Pedralba de la Pradería al concluir el año siguiente, 2016 llegó con una oleada de ralentizaciones tanto en las obras en marcha como en las adjudicaciones pendientes.

Cuando se abrió al servicio ferroviario el tramo entre Olmedo y Zamora, el pasado 1 de febrero, la sombra del retraso sobrevolaba ya en el tramo siguiente. Pedralba no estaría en servicio para final de año. Los trenes Alvia, tendrían que esperar unos meses más, hasta bien entrado el primer trimestre de 2017 y el turrón de estas navidades no llegaría en un tren media hora más rápido, como se había anunciado.

Pero aún así, desde el Ministerio de Fomento y desde Adif Alta Velocidad no descartaban que esas demoras, algunas derivadas de problemas sobrevenidos durante la construcción de determinados tramos, pudiesen solventarse a tiempo para cumplir el compromiso del presidente del Gobierno de que un tren AVE llegase a la estación de Ourense en el año 2018.

La falta de liquidez presupuestaria, la interinidad del equipo de gobierno y la indecisión que esa interinidad generó en los ejecutivos y técnicos responsables de las obras del trazado gallego del AVE aplazaron una y otra vez decisiones que tenían que estar tomadas desde hace meses, como la licitación del cambiador de ancho de Pedralba de la Pradería, para el cual se inició el trámite de expropiación del terreno hace 16 meses, tiempo de sobra para expropiar y montar esa pequeña pero importante infraestructura.

Pero muchos de los problemas que han derivado en esta acumulación de retrasos son anteriores al final del mandato efectivo del anterior gabinete de Mariano Rajoy. La paralización de tramos conflictivos por dificultades sobrevenidas y descubiertas durante las obras ya empezó en 2015. El Adif demoraba la aprobación de modificados de precio y las constructoras, para presionar, paralizaban las obras, provocándose una tensión entre Administración y adjudicatarios que bloqueó algunos de los tramos más difíciles. Y no todos se resolvieron tan rápidamente, como sucedió con el tubo izquierdo del túnel de Bolaños, entre Campobecerros y Vilariño de Conso, en el que una fractura del terreno obligó a paralizar la tuneladora y a realizar obras adicionales por importe de casi 20 millones de euros.

Trenes de alta velocidad por la vía convencional

La adjudicación del "contrato del siglo" de Renfe Operadora al fabricante español Talgo para suministrar y mantener primero 15 trenes durante treinta años y con posterioridad y según la demanda, otros quince adicionales, con la opción de que el mantenimiento se prorrogue también a cuarenta años, abre la puerta a una posibilidad singular, que el AVE llegue a Ourense, y en consecuencia al resto de Galicia, antes que la vía de alta velocidad. Su versatilidad como tren ligero y de ruedas independientes, que es la definición de su acrónimo AVRIL (Alta Velocidad de Rueda Independiente y Ligero) y su opción de rodadura desplazable abre una puerta que hasta ahora parecía imposible. Del mismo modo, el hecho de la inminente reunificación del administrador de las infraestructuras ferroviarias, el Adif y la operadora, Renfe, en un mismo grupo, como existió desde 1941 hasta 2005, podría implicar un cambio de estrategia en el desarrollo de las obras de los trazados de alta velocidad, entre ellos el de la variante exterior de Ourense. n

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