Su directora detectó un notable incremento de los abonados a los conciertos de música clásica

Un informe decidirá la viabilidad de aplicar descuentos a parados en el Teatro Principal

Las personas que están en paro podrían obtener descuentos al comprar una entrada para disfrutar de un espectáculo en el Teatro Principal, que ayer presentó su programación para lo que resta de año.
Un informe determinará la posibilidad de que las personas que estén en paro obtengan descuentos a la hora de adquirir una entrada para disfrutar de un espectáculo en el Teatro Principal. La rebaja en el precio a los parados fue planteada ayer por el presidente de la Diputación, José Luis Baltar, a la directora del Teatro Principal, Olga Mojón, durante la presentación de la programación para lo que resta de año. Baltar Pumar, que preside el patronato del Teatro Principal, encargó un informe a Olga Mojón para conocer cuanto dejaría de ingresar el organismo con los descuentos. La directora del Principal se comprometió a estudiar la propuesta y entregar el informe en las próximas horas.

Así, las personas que están sin trabajo se sumaría al descuento del 20 por ciento del que gozan ya los jóvenes y los mayores a la hora de adquirir una entrada para un espectáculo.

Durante la presentación de la programación, Olga Mojón, destacó que el Teatro Principal atrae cada vez a más personas de otras provincias, situación que se produce debido a los bajos precios y la calidad de los espectáculos. También detectó un incremento de abonados a la música clásica, lo que le lleva a organizar más conciertos en lo que resta de año.

Obras teatrales, conciertos y danza

El Principal será escenario hasta final de año de 14 escenificaciones teatrales, un recital, ocho conciertos de música y dos espectáculos de danza. A la presentación de la programación, que cuenta con la colaboración de Caixa Galicia, acudió el director de la Axencia Galega das Insdustrias Culturais (AGADIC), Juan Carlos Fernández Fasero, que comprometió su apoyo al organismo para que confeccione una ‘programación digna’.

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