El único pasajero y el conductor salieron ilesos del vehículo, de 10 años y con la inspección en regla
Un autobús urbano de la ciudad, el número 6103, quedó completamente calcinado ayer tras sufrir un espectacular incendio cuando circulaba por la carretera N-120, en dirección al centro de la ciudad, a la altura de O Pino. El vehículo tenía 10 años y cumplía con la normativa. Además, había pasado todas las inspecciones técnicas, según el gerente de la concesionaria, Manuel Maneiro
En el autobús, que comenzaba la ruta Quintela-Rairo, viajaba un pasajero que resultó ileso. El conductor tampoco sufrió lesiones. Manuel Maneiro recalcó que el chófer cumplió a "rajatabla" el protocolo de actuación en este tipo de siniestros, "poniendo en primer lugar a salvo al único usuario que llevaba en ese momento".
Por causas que desconocen y que serán investigadas hoy por los técnicos, el incendio comenzó sobre las 08,45 horas en la zona trasera, en la que está el motor, provocando una densa humareda. El conductor logró parar en la calzada y apear al pasajero al tiempo que alertaba del fuego a los bomberos y Policía Local, que acudieron de inmediato al lugar, pero la parte trasera del vehículo ya estaba envuelta en llamas, perfectamente visibles desde los barrios de O Pino y Quintela e incluso desde la autovía Rías Baixas.
La Policía Local cortó el vial a la circulación, mientras los bomberos sofocaban en fuego que se propagó con rapidez por toda la carrocería. El materias de plástico, tela y pinturas del interior facilitaron la combustión.
Sobre las 11,00 horas una grúa retiraba la carrocería del autobús calcinado, al tiempo que los bomberos recogían los desperfectos que quedaron esparcidos sobre la calzada, que lavaron con detergente para evitar un accidente, dado que el firme presentaba un estado resbaladizo. Los efectivos dieron por concluidas las tareas sobre las 12,22 horas, cuando quedó restablecida de nuevo la circulación en la carretera N-120.
