El cierre de la oficina de rehabilitación del Casco Vello el próximo 17 de febrero o el traslado de la oficina municipal de A Ponte de la plaza Mestre Luis Fernández a los bajos de la Alameda pontina, no es más que el último intento del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, de seguir dando vueltas a un puzle que solo parece tener sentido en su cabeza. Mientras tanto, tras dos años de cambios de ubicaciones, casi todas estériles y no exigidas por los ciudadanos, lo único que sucede es que muchos vecinos desconocen las ubicaciones de las oficinas en la que realizar sus trámites.
En primer lugar, el cierre de la oficina del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) convertirá a la ciudad como la única de las grandes urbes gallegas en carecer de este instrumento, que regresará a las dependencias de Urbanismo. Si bien es cierto que el plan de rehabilitación del Casco Vello sigue vigente, los ciudadanos tendrán que enfrentarse ahora a más trámites burocráticos para realizar sus trámites urbanísticos.
A continuación, el cambio de ubicación de las dependencias municipales en A Ponte no parecen tener más explicación que un capricho del regidor, que una vez más vuelve a hacer y deshacer en la ciudad como si de un juguete se tratase.
Desde la oposición, Natalia González, del PSOE, indica que esta es otra “decisión arbitraria que non responde a unha reordenación, senón aos delirios dun alcalde irresponsable”. Luis Seara, del BNG, también criticó duramente esta decisión y llevará a pleno este cierre, reclamando no solo que se paralice, sino que llegue más personal a la oficina. Por último, José Araújo, portavoz de Ciudadanos, se suma a estas críticas y añade que el PP es “cómplice” por permitir que se tomen este tipo de decisiones. La edil de Urbanismo, Sonia Ogando, no quiso entrar en valoraciones y se remitió a las explicaciones del próximo pleno.
Mientras, las ubicaciones de las oficinas no es lo único con lo que sigue jugando el alcalde.
Nuevos cambios de asesores
Según la información a la que pudo acceder este periódico, en las últimas dos semanas ha vuelto a cambiar parte de sus asesores. El pasado 31 de enero cesó al ínclito Xosé Dorrío como auxiliar, quien había proferido aquellas polémicas palabras en las redes insinuando la proliferación de contenidos pederastas en el Concello, aunque parece ser que por decisión de este, o eso dejaron entrever. Y también ha cesado a Laura Andrade, una auxiliar política a la que había nombrado hace tan solo un mes y medio, en concreto el 14 de diciembre.
Mientras, se ha contratado, como se recoge en los decretos, a un asesor técnico de Urbanismo, Alejandro Sánchez Buján, y a otros dos auxiales: David García Rubianes y Montserrat López Merino. Nuevos cambios en un puzle infinito.
